Al fin...
Lo habías logrado...
Todo valió la pena...
Cada noche de desvelo...
Tus esfuerzos al fin daban frutos...
Ahí estabas, al fin estabas frente a aquel instituto al cuál siempre soñaste con entrar. Ahora ese sueño se había hecho realidad, habías sido transferida de (T/P), al Instituto de Tecnología de San Fransokyo.
Todo era nuevo para tí, era realmente hermoso; el instituto era mucho más grande de lo que pudiste imaginar, estabas ansiosa, así que tomaste tu mochila con fuerza, y con determinación entraste a aquel lugar con el que tanto habías soñado. Al abrir la puerta pudiste observar a muchos alumnos en los pasillos, al juzgar por la tanta gente que había, probablemente era la hora del receso. Ahora tenías un nuevo problema, ¡¿Dónde carajos estaba la oficina del director?!, tenías que encontrarla lo más rápido posible, ya que pronto las clases retomarían su curso.
Trataste de encontrar la oficina, sin embargo, tu búsqueda fracasó. Estabas apunto de rendirte, cuando escuchaste una voz detrás de tí.
—¿Señorita (T/A)?— Al escuchar tu apellido inmediatamente giraste hacía donde provenía la voz.
—Director Wilson, al fin lo encuentro— suspiraste aliviada, vaya que ahora mismo te habías quitado un enorme peso de encima.
—Bienvenida, sigame— dijo con tono amable el director, lo seguiste y así llegaron a su oficina. Ahora te encontrabas sentada en una de las sillas esperando a que te dieran tu horario. El director Wilson salió un rato de su oficina y te dejó sola, no sabías a dónde había ido, pero ya se había tardado.
Después de un rato, el director entró por la puerta; pero no venía solo, alguien más lo acompañaba. Era un chico de cabello negro alborotado, al parecer de tu misma edad, llevaba una camisa roja con un suéter y unos shorts color beige.
—Señorita (T/A), aquí está su horario— dijo para luego entregártelo en tus manos.
—Muchas gracias director Wilson— agradeciste con una sonrisa en tu rostro, ibas a retirarte de aquel lugar, sin embargo, el director te detuvo.
—Espere (T/A), quiero presentarle a alguien— dijo para luego pedirle a aquel chico que se acercara hacía donde tú te encontrabas. —Le presento al joven Hamada, el será su guía mientras usted se acopla al instituto; de igual manera podrá pedirle ayuda cuando la requiera— eso te alivió un poco, ya que no tenías ni una mínima idea de cómo funcionaba todo por ahí.
El chico azabache parecía un poco serio, ambos cruzaron miradas y por fin el chico habló.
—Bienvenida— dijo el chico de manera un poco seca y sin interés alguno, pero no te importó, tu le devolviste el gesto amablemente.
—Muchas gracias, joven Hamada— agradeciste con una sonrisa, sí algo te había enseñado tus padres era que siempre tenías que ser amable con todos.
—Bueno, ¿qué tal si ya comienzan el recorrido Hamada?— sugirió el director a lo que el joven sólo se limitó a asentir con la cabeza y así fue como salieron de la oficina, comenzaron a caminar por los pasillos, aún no terminaba el receso así que aún había muchos alumnos. Algunas miradas se posaban en ti, eso te incomodaba, creo que era muy obvio que no eras de ahí; tus pensamientos te consumieron tanto que no escuchaste que el azabache te estaba hablando.
—¡Hey!— al escuchar ese pequeño grito no pudiste evitar saltar un poco, te había asustado.
—D-disculpa, ¿Qué me preguntabas?— dijiste un poco apenada, no te habías dado cuenta de que el azabache te llamaba.
—¿Cuál es la carrera que estás estudiando?— la pregunta de Hamada te desconcertó, pero aún así le contestaste.
—Ingeniería química— al oír tú respuesta, el chico pareció sorprenderse un poco.
—Ohh, entonces irás con Honey— afirmó el azabache, pero tenías una duda ¿Quién era Honey?. —Entonces, te llevaré a tu laboratorio, en el segundo receso te muestro lo demás— a lo dicho por el chico tú te asombraste, ¡¿Cada quién tenía su propio laboratorio?!, esto era mejor de lo que imaginabas. De ahí ninguno de los dos volvió a decir ni una palabra, se formó un silencio incómodo. Sin darte cuenta, ya se encontraban frente a un laboratorio, tú laboratorio.
—Aquí es tú nuevo laboratorio— no le tomaste importancia a lo que dijo Hamada, tú estabas fascinada, dudaste un momento de entrar al lugar, pero tomaste la perilla de la puerta y la giraste con cierta ansiedad. Al abrir la puerta pudiste observar que el espacio era realmente grande y tenía una enorme ventana que daba vista al jardín del instituto, era increíble.
—Bueno, en el segundo receso pasaré a tú laboratorio para enseñarte lo demás— fue lo último que dijo el chico, para luego dirigirse a la puerta, cuándo estaba a punto de salir, lo detuvo tú voz.
—Hamada... Gracias— dijiste con una hermosa sonrisa en tus labios. El Hamada parece haberse exaltado un poco, pero sólo se limitó a contestar "no hay de qué", después de eso salió del lugar. Te sentías tan feliz, al fin lo habías logrado, todo valió la pena. Te sentaste junto al gran ventanal y admiraste la belleza de aquel jardín, realmente era hermoso; te levantaste del lugar en donde estabas y comenzaste a ordenar lo que traías en tú mochila, eran pocas cosas, pero por algo se tenía que empezar.
Era un sueño hecho realidad
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¡Hola a todos!
Espero se encuentren bien ♥️Aquí está el prólogo de está historia, espero y le haya gustado
No olviden dejar su ⭐
Y comentarSin más por el momento....
Nos leemos pronto....
♥️
-La Michii-
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ᴇꜱᴛᴏ ᴇꜱ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ┇ᴍɪɢᴜᴇʟ ʀɪᴠᴇʀᴀ x ᴛᴜ/ʜɪʀᴏ ʜᴀᴍᴀᴅᴀ x ᴛᴜ
Fanfic-Esto es la guerra, Hamada- dijo el moreno con una sonrisa retadora en sus labios. -Así es, Rivera- desde ese día la guerra dió inicio. En la guerra y en el amor TODO se vale y todo es valido... ¿De qué serán capaces los 2 para poder conquistar tú...