-Esto es la guerra, Hamada- dijo el moreno con una sonrisa retadora en sus labios.
-Así es, Rivera- desde ese día la guerra dió inicio.
En la guerra y en el amor TODO se vale y todo es valido... ¿De qué serán capaces los 2 para poder conquistar tú...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al cabo de unas horas de meditar y pensar sobre tus pensamientos, llegaste a esa conclusión.
Ahora la pregunta era: ¿Cómo decírselo?
Realmente no tenías tiempo para ello y mucho menos te podrías dar el lujo de distraerte, ya que el proyecto final se entregaba ese mismo día. Todo era caos.
[•••]
Después de horas y horas de trabajo, aún no terminabas el proyecto y la conciencia te estaba carcomiendo viva. El proyecto tendría que esperar.
Tomaste tus cosas y te dirigiste directo a buscar al dueño de tú corazón. Se lo tenías que decir.
Fuiste corriendo como si de eso dependiera tú vida, hasta que lo encontraste. A lo lejos pudiste visualizar esa cabellera azabache que reconocerías en cualquier lugar. Fuiste directo hacía él.
—¡Hiro!— después de haber gritado aún intentabas regular tú respiración. Al escucharte, el azabache volteó hacía ti.
—¡Hola _____!— respondió con alegría. No estaba sólo, lo cual sería un problema. Por suerte Honey sabía de tú plan y tan pronto cómo llegaste hizo que todos se alejaran, dejándolos solos a ambos.
—Hiro emm...mira no soy muy buena expresandome, pero tú— hiciste una pausa—Me gustas— esto último lo digiste en un susurro casi inaudible para el azabache.
—¿Qué dijiste _____?— preguntó el más alto. Te había escuchado perfectamente bien, pero él quería que lo repitieras.
—QUE ME GUSTAS— probablemente todos en la cafetería te habían escuchado. Ahora mismo el tomate se quedaba corto con el color que adornaba tus mejillas.
—Valió la pena esperar tu respuesta _____— la felicidad del menor de los Hamada se podía notar a kilómetros.—No soy tan bueno con esto del amor, pero creo que es mi deber preguntarle señorita _____ ¿Quisiera ser novia de este desalineado y desordenado chico?— la propuesta del Hamada te había hecho reír.
—Claro que quiero ser novia de este desalineado, desordenado y muy guapo chico—respondiste con una bella sonrisa en tus labios. Todos en la cafetería aplaudían.
Después de todo valió la pena hacer esperar al proyecto.
[•••]
Hoy era la celebración de año nuevo y la pasarías con los Hamada. Te estabas preparando para la ocasión, vestías una blusa roja con bordado de flores y unos jeans acompañados de unos tenis negros. Estabas nerviosa, pues si bien no era le primera vez que convivías con los Hamada, ese nerviosismo simplemente no se quería ir.
