018

192 24 0
                                    

6 meses antes.

Eran las cinco y media de la tarde en la cafetería del centro de Seúl.Jungkook que trabajaba allí desde hace ya dos años, transcurría su día con normalidad, atendiendo a los clientes con suma delicadeza y llevándose algún que otro número, sin quererlo hay que decirlo.

-Buenas tardes, ¿que desean?.-Preguntó este a una chica de pelo anaranjado acompañada de un castañito, para Jungkook aparentemente adorable.

-Yo quiero un batido de fresa y plátano, ¿tú qué quieres Taetae?-Comentó la chica sonriéndole al camarero mientras este apuntaba en su libreta.

-Un café con leche, por favor-

-En un momento os lo traeré, que disfruten su estancia.-

Jungkook le sonrió y se retiró, llendo en dirección a la máquina de café.Mientras lo preparaba, batallaba con su subsconciente en si pedirle el número a aquel adorable castaño o no.

Tan anonadado se quedó, que no se dio cuenta cuando el café ya estaba por el suelo, hasta que su compañera, y noona, le empezó a gritar.

-¡Jungkook cabeza almendra el café!.-

Este se sorprendió, haciendo así que la taza de café se cayera por el suelo, y mágicamente, en vez de romperse, rodara.

-¡Joder Noona no grites!.-Soltó, llevándose una colleja en la nuca por parte de Sana, su compañera.-¡Ay!.-

-¡Vete a por la taza, niño maleducado!.-

Jungkook con su puchero aparentando ser un niño castigado por correr por el barro, se dispuso a recoger la taza.Miró hacia abajo, y se percató de que la taza no estaba.

Soltó un grito alarmado a todos.-¡Desapareció!, ¡estaba aquí hace un momento!.-Sana se llevó la mano a la cara.-¡Noona no está la taza!.-

Unos golpecitos en su hombro le hicieron detenerse y girar, encontrándose con aquel castañito que había hecho que Jungkook perdiera el control, con la taza desaparecida en su mano.

▪Aquella clase de baile▪ 《Chaelisa 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora