Sus respiraciones eran erráticas bajo el silencio que reinó en la habitación por unos segundos en tanto que sus cerebros hacían una conexión y comprendían lo que sucedía. Cuando Chan consiguió abrir la boca, lo primero que salió de ella fue una maldición, entonces comenzó a deslizar su miembro fuera del culo de Minho, mas un quejido lo detuvo.
-Mmmgh -era Minho quien gimió al sentir el pene del otro moverse hacia afuera, y en un acto reflejo apretó su entrada al no querer dejarlo ir.
El joven se dio cuenta de su imprudencia, pero ya era tarde, el policía lo notó y casi pudo ver una sonrisa socarrona en sus labios. Ambos se debatían entre lo correcto o el placer, aunque en ese momento ambos parecían mezclarse hasta parecer uno solo.
El rostro sonrojado de Minho se ocultó entre sus brazos alzados, avergonzado de lo descarado que era su cuerpo al actuar así.
-Maldita sea, no hagas eso -gruñó Chan cercano a sucumbir a sus deseos por joder al chico.
-... Lo siento -soltó en tono bajo, penoso, casi suplicante por un poco de caricias.
El alcohol que los llevó a enredarse en la cama, con la impresión de la apabullante verdad dejó sus sistemas, no así la pasión, no así el deseo que parecía corroerlos con demasiada rapidez.
-Eres una jodida princesa malcriada -farfulló cuando sus sentidos sobrepasaron a la razón.
El pene del policía volvió a insertarse con fuerza dentro del agujero de Minho, golpeando con rudeza sus testículos contra las pomposas nalgas. Un chillido de placer salió de esos labios rosados, tan apetitoso que Chan tuvo que probarlos una vez más.
-Por favor, te necesito más profundo -suplico Minho entre gemidos.
Chan se lo dio, su pene pujando por ir tan profundo como pudiera, su glande acariciando deliciosamente el punto dulce del joven hasta el delirio. Tomó entre sus manos las caderas de Minho para lograr un ritmo más certero.
La cama chocando contra la pared, las esposas sonando a cada empuje, y los gritos y jadeos que de boca del joven salían, a ello le acompañaban los gruñidos de Chan.
-¡Ah! Cha-Chan...
Tan cerca estaban del orgasmo que no podían parar. Las caderas del policía se movían con furia contra la ingle del menor, así hasta que un grito le informó que el orgasmo ajeno llegó, y tan sensible como Minho estaba, Chan siguió golpeando su cálido interior produciéndoles a ambos deliciosos espasmos; entonces se corrió en el interior.
-Demonios -jadeó Bang-, demasiado bueno - murmuró cerca del oído de su pareja de cama.
Al momento de que su pene abandonó el cuerpo ajeno, su cerebro comenzó a recobrar el buen juicio, y de nuevo se reprendió. Jodió al hijo de un mafioso. La situación le excitaba mucho, pero eso no suplantaba lo incorrecto que podía ser, especialmente porque involucrarse con alguien así significaba que posiblemente la mafia podría matarlo si les apetecía. Todo por meterse con una princesita de la mafia.
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Pasión en la mira [Banginho]
FanfictionEn medio de una cama, con las manos esposadas y la boca amordazada, Minho esperaba que el glorioso semental frente a él arremetiese contra su débil cuerpo. Con las piernas abiertas, en una singular invitación, ansiando que aquel hombre, Chan, que co...