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Después de un baño caliente en la noche, Minho tenía aún que revisar papeles de la oficina pues aquel singular secuestro en la tarde le dejó trabajo por hacer. Yacía recostado sobre la cama, extendido en medio de una multitud de documentos en medio de los cuales se estaba ahogando. Su cuerpo semidesnudo, apenas cubierto por un holgado suéter blanco, estaba casi cayendo en la inconsciencia, guiado por el cansancio y el sueño. Chan estaba tomando un baño, ansioso por volver a la cama para dormir.

—Deberías parar ya -le dijo cuando salió del cuarto de baño vistiendo un bóxer negro, viéndolo con los ojos somnolientos y su precioso rostro casi recostado sobre la almohada.

—Aún tengo mucho que revisar -se quejó—. Odio a mi jefe, ¿sabes? Es un maldito explotador que no me ha dejado tranquilo desde que entré a trabajar.

—Puedo abogar por ti ante él, seguramente puedo conseguir que sea indulgente.

—¿Y qué deberé darle a cambio a ese sinvergüenza? -preguntó con coquetería, meneando su trasero frente a Chan.

Chan se carcajeó al sentirse aludido, y viendo a su pequeño amante en pose tan tentadora decidió hacer una de sus pequeñas fantasías realidad.

—¿Tienes, por casualidad, un marcador permanente? -preguntó con un deje de diversión en su voz.

—En la mesa de noche, en el cajón.

El policía no perdió tiempo, buscó el marcador negro permanente y lo llevó hasta la cama; ahí, con Minho recostado sobre su estómago y su bonito trasero elevado se decidió a cumplir lo que tanto ansiaba. El momento no podía ser más perfecto. Con cuidado, elevó el suéter que Minho llevaba, lo suficiente para dejar sus nalgas a la vista, hasta por encima de la cadera. Entonces tomó el marcador y escribió sobre la suave piel con la mejor letra que podía tener.

—¿Qué haces? -se quejó Minho al sentir su piel ser rozada por algo frío. Cuando Chan le quitó la mano, corrió hasta el espejo de cuerpo entero y miró su espalda baja, justo unos centímetros sobre la división de sus mejillas traseras—. 'BC' -leyó anonadado.

—Es mi marca de propiedad -explicó el alto—. Eres mío, mi pequeña princesa.

—¿Y mi marca de propiedad sobre ti? -preguntó, acercándose al fornido oficial.

—Aquí -dijo, tomando la mano del joven para colocarla sobre su pecho, del lado izquierdo—. Esa marca está aquí, en mi corazón, mi amor.

Minho esbozó una sonrisa, entonces tomó el marcador que Chan aún llevaba en la mano y con él escribió sobre aquel lugar que indicó Chan: 'WMH'.

Pasión en la mira [Banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora