Noche Increíble

1.7K 88 1
                                    

-•••-


La noche anterior Jasper se había colado en mi habitación a conversar.Por suerte este día no teníamos Instituto sino seria un zombi. Finalmente, me despertó la tenue luz de otro día nublado. Yacía con el brazo sobre los ojos, grogui y confusa. Algo, el atisbo de un sueño digno de recordar, pugnaba por abrirse paso en mi mente. Gemí y rodé sobre un costado esperando volver a dormirme. Y entonces lo acontecido el día anterior irrumpió en mi conciencia.

- ¡Oh! -Me senté tan deprisa que la cabeza me empezó a dar vueltas. -

-Tu pelo parece un almiar, pero me gusta.

La voz serena procedía del descanso de mi ventana.

-¡Jasper, te has quedado! -me regocijé y crucé el dormitorio para arrojarmeirreflexivamente a su regazo. Me quedé helada, sorprendida por mi desenfrenado entusiasmo,en el instante en el que comprendí lo que había hecho. Alcé la vista, temerosa de habermepasado de la raya, pero él se reía.

-Por supuesto -contestó, sorprendido, pero complacido de mi reacción. Me frotó laespalda con las manos.Recosté con cuidado la cabeza sobre su hombro, inspirando el olor de su piel.

-Estaba convencida de que era un sueño.

-No eres tan creativa -se mofó.

-¡Charlie! -exclamé.Volví a saltar de forma irreflexiva en cuanto me acordé de él y me dirigí hacia la puerta.

-Se marchó hace una hora...

Estuve reflexionando mientras me quedaba de pie, me moría de ganas de regresar juntoa él, pero temí tener mal aliento.

-No sueles estar tan confundida por la mañana -advirtió.Me tendió los brazos para que volviera. Una invitación casi irresistible.

-Necesito otro minuto humano -admití.

-Esperaré.

Me precipité hacia el baño sin reconocer mis emociones. No me conocía a mí misma, ni por dentro ni por fuera. El rostro del espejo, con los ojos demasiado brillantes y unas manchas rojizas de fiebre en los pómulos, era prácticamente el de una desconocida. Después de cepillarme los dientes, me esforcé por alisar la caótica maraña que era mi pelo. Me eché agua fría sobre el rostro e intenté respirar con normalidad sin éxito evidente. Regresé a mi cuarto casi a la carrera.

Parecía un milagro que siguiera ahí, esperándome con los brazos tendidos para mí.Extendió la mano y mi corazón palpitó con inseguridad.-Bienvenida otra vez -musitó, tomándome en brazos.Me meció en silencio durante unos momentos, hasta que me percaté de que se había cambiado de ropa y llevaba el pelo liso.

-¡Te has ido! -le acusé mientras tocaba el cuello de su camiseta nueva.

-Difícilmente podía salir con las ropas que entré. ¿Qué pensarían los vecinos?

Hice un mohín.

-Has dormido profundamente, no me he perdido nada -sus ojos centellearon-.Empezaste a hablar en sueños muy pronto.Gemí.

-¿Qué oíste?-Los ojos dorados se suavizaron.

-Dijiste que me querías.

-Eso ya lo sabías -le recordé, hundí mi cabeza en su hombro.

-Da lo mismo, es agradable oírlo.Oculté la cara contra su hombro.

-Te quiero -susurré.

-Ahora tú eres mi vida -se limitó a contestar

-Hora de desayunar -dijo al fin de manera informal para demostrar, estaba segura,que se acordaba de todas mis debilidades humanas.Me protegí la garganta con ambas manos y lo miré fijamente con ojos abiertos de miedo. El pánico cruzó por su rostro.

-¡Era una broma! -me reí con disimulo-. ¡Y tú dijiste que no sabía actuar!Frunció el ceño de disgusto.

-Eso no ha sido divertido.

-Lo ha sido, y lo sabes.No obstante, estudié sus ojos dorados con cuidado para asegurarme de que me había perdonado. Al parecer, así era.

-¿Puedo reformular la frase? -preguntó-. Hora de desayunar para los humanos.

-Ah, de acuerdo.

Me echó sobre sus hombros de piedra, con suavidad, pero con tal rapidez que me dejósin aliento. Protesté mientras me llevaba con facilidad escaleras abajo, pero me ignoró. Mesentó con delicadeza, derecha sobre la silla.La cocina estaba brillante, alegre, parecía absorber mi estado de ánimo.

-¿Qué hay para desayunar? -pregunté con tono agradable.Aquello le descolocó durante un minuto.

-Eh... No estoy seguro. ¿Qué te gustaría? -Arrugó su frente de mármol. Esbocé una amplia sonrisa y me levanté de un salto.

-Vale, sola me defiendo bastante bien. Obsérvame cazar.

Encontré un cuenco y una caja de cereales. Pude sentir sus ojos fijos en mí mientrasechaba la leche y tomaba una cuchara. Puse el desayuno sobre la mesa, y luego me detuvepara, sin querer ser irónica, preguntarle:

-¿Quieres algo?Puso los ojos en blanco.

-Limítate a comer, Anna.

-Me pareció muy interesante las historias de la vida de Carlisle y su llegada a la Realeza Vampírica.

-Si es un poco triste pero creo que esta vez le gusto contarla a alguien.

- Buenos días- dijeron los enamorados a la vez.

- Alice me acaba de llamar dice que anticipa una tormenta para esta tarde y Emmett quiere jugar a la pelota. ¿Te apuntas?

Las palabras eran bastante comunes, pero me desconcertaba el contexto; aunque Aliceera más fiable que el hombre del tiempo.

Los ojos de Jasper se iluminaron, pero aun así vaciló.

-Tranquilo dijo que lleváramos a las chicas .

- ¿Quieres ir? -me preguntó Jasper , animado y con expresión de entusiasmo.

-Claro -no podía decepcionar a un rostro como ése-. Eh, ¿adonde vamos?

-Hemos de esperar a que truene para jugar, ya verás la razón -me prometió.

- ¿Necesitamos un paraguas?

-No; -estaba seguro-. La tormenta va a descargar sobre el pueblo. El claro delbosque debería de estar bastante seco.-Dijo Edward

-En ese caso, perfecto.

El entusiasmo de la voz de Jasper fue contagioso, por descontado. Yo misma medescubrí muy curiosa por el juego.

-Vamos a ver si Carlisle quiere venir. -Dijo Edward

-Como si no lo supieras -la pinchó Jasper.

- ¿A qué vamos a jugar? -quise saber.

-Vosotras vais a mirar -aclaró Edward-. Nosotros jugaremos al béisbol.Levanté los ojos hacia el cielo

- ¿A los vampiros les gusta el béisbol?

-Es el pasatiempo americano -me replicó con burlona solemnidad.


-•••-

The Black Swan© « JASPER HALE »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora