3

1.6K 264 102
                                    

Los días pasaron y la vida de Beomgyu se estabilizó. Taehyun le había ayudado a organizar sus horarios de universidad y trabajo cosa que agradeció. La paga en la cafetería era realmente buena, en las horas pico se llenaba de diversas personas, mayormente universitarios y claro, nunca faltaba la horda de chicas que pasaban horas sentadas en las mesas esperando a que alguno de los dos hermanos les atendiera. Y vaya decepción se llevaron cuando en vez de venir alguno de "los hermanos calientes" apareció Beomgyu.

El castaño realmente estaba orgulloso de su nuevo empleo, incluso se había podido mudar a un departamento más decente para la sorpresa de sus amigos y conocidos quienes sólo sabían que el castaño había conseguido milagrosamente un empleo, sin embargo no tenían claro qué, a excepción de Taehyun. Por su parte, los demás temían que Beomgyu estuviera metido en alguna clase de asunto sucio o vendiera su culo a cambio de unos cuantos billetes (palabras de uno de sus amigos, Minjae).

Soobin por su parte siempre era amable y respetuoso con todas, sonriendo cortésmente ante cualquier cumplido y disculpándose al no poder dar su número telefónico. Yeonjun era todo lo que contrario, se la pasaba encerrado en la cocina, Beomgyu solo lo veía cuando le tocaba ir a dejar los distintos postres o cafés a las mesas. Cuando daba la causalidad de que alguna chica lo encontrara él le dirigiría una mirada severa y la ignoraría por completo. Realmente con la única persona con quién hablaba era con Soobin.

—Yeonjun oppa es muy popular estos días —Comentó el castaño recostando su cabeza entre las manos sentado en el mostrador, Soobin a su lado asintió, desde donde estaban podían escuchar el ruidoso cuchilleo de las chicas quienes cada cierto tiempo volvían a verlos, el castaño podía ser sentir miradas fulminantes en su cabeza.

Había escuchado un par de chismes del club de fans de ambos hermanos, decían que era una perra de té verde y que estaba ahí solo por lástima, otros decían que era familiar de ellos, y otros incluso decían que ella era una prostituta quién fue rescatada de las calles por el corazón bondadoso de ambos hermanos. La envidia de esas chicas hacía inflar su ego aunque no lo quisiera admitir.

Él y Soobin se habían hecho amigos y solían conversar cada tanto, principalmente porque eran los únicos en el área de mesas y mostrador, incluso le había contado que tenía un "hermano mayor" el cuál fue él que había preguntando por el trabajo días antes y Soobin le había hablado de su familia. Sus padres vivían en las montañas (eran del tipo hippy sin doparse) y al parecer Yeonjun era así de rígido porqué quería y podía, a diferencia de su cálido hermano mayor.

—Lastimosamente mis intentos no están dando mucho resultando —Soobin suspiró haciendo a Beomgyu ladear la cabeza confundido —¿Puedes ir a ayudar a Yeonjun en la cocina? Está haciendo un pastel de cumpleaños algo extravagante, puede que necesite tu ayuda.

—Claro —El castaño asintió levantándose de la silla con energía, dudaba que Yeonjun siquiera lo que dejara ayudarlo y mucho menos que necesitaba ayuda pero no cuestionó al mayor.

Beomgyu entró en la cocina encontrando a Yeonjun medio agachado contra la mesa, en sus manos y a un lado de ella habían varias mangas pasteleras con distintos colores de glaseado. Parecía tan concentrado en ello que si lo escuchó entrar no lo demostró en lo absoluto. Beomgyu había observado que de hecho el mayor tenía un gran talento en la cocina haciendo postres maravillosos y tiernos, cafés impresionantes e incluso algunas de comidas rápidas con su toque siempre con una pizca de elegancia en ello. A pesar de ser alguien serio la mayor parte del tiempo Beomgyu podía notar la pasión que le tenía a cualquier cosa que hacía.

—¡Oppa! —Yeonjun casi tira el pastel al escuchar la exclamacion del segundo, sep, no lo había escuchado llegar.

—Soo Jung —El pelinegro le dijo lanzó una gélida mirada dejando la manga que anteriormente usaba en la mesa junto a las demás —¿Soobin te envió?

Serendipia | Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora