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—No puedo creer que luego de años todavía no vigilen esta cerca —Chanyeol sonrió escalandola con agilidad hasta llegar al otro lado, donde aterrizó junto a Beomgyu, casi cayendole encima. Mingi, encontrándose en el bolso de mano ecológico siendo cargado por ambos descerebrados, maulló horrorizado.

—Y tu nunca supiste aterrizar bien —El castaño examinó a su alrededor, se encontraban en la parte trasera de la cafetería estudiantil, tendrían que rodear el edificio e ingresar a los pasillos exteriores para entrar al edificio de salones, afortunadamente, todavía era de mañana, así que la mayoría de profesores se encontraban dando clases, sin embargo, todavía habían algunos vigilando los alrededores.

—Debemos apresurarnos, si el director se entera que estuvimos aquí terminaremos en la cárcel, ¿recuerdas la orden de restricción? —Chanyeol susurró colgándose el bolso en su brazo derecho, empezando a trotar con cautela detrás del castaño.

—Descuida, el salón de Taehyun se encuentra en el quinto piso, podemos subir corriendo las escaleras —Beomgyu explicó, brindando para nada tranquilidad a su mejor amigo, sin embargo, ambos decidieron adherirse al plan inexistente.

—Putamadre, no puedo creer que ese vejestorio aún no se haya muerto —Chanyeol susurró horrorizado cuando ambos se detuvieron repentinamente al notar al viejo profesor Yang con alopecia y más arrugas que salario vigilar atentamente a un par de estudiantes caminar agachados con las manos en sus orejas, dando círculos entre sí.

Ese maldito era como un ganso, gritaba como loco al perseguir a su presa y su mordida en el culo dolía como la mierda.

—Me recuerdan a nosotros —Beomgyu sonrió con melancolía antes de empezar a correr repentinamente hacia la entrada del edificio, llamando la atención de los estudiantes, que se detuvieron al observarlo.

—¿Por qué se detienen? ¡Continúen! —El profesor bramó, siendo inconsciente de la presencia que pasó a sus espaldas hasta que el sonido de pasos chocar contra el suelo llamó su atención.

Chanyeol en shock, se apresuró a correr detrás de Beomgyu al notar como su amigo desaparecía a la velocidad de la luz a través de la entrada.

—¿Qué mierd...? —El grito del tipo se vió interrumpido por el impacto de un cuerpo que pasó corriendo, casi arrastrandolo, sin embargo, pronto se recuperó y sólo atinó a gritar —¡Los vi, Jeong Yunho y Park Seonghwa de la clase cuatro!

—¡Ni siquiera contaste antes de correr! —El más alto gritó al contrario, alcanzandolo en unas pocas zancadas, mientras el pobre Mingi sentía a sus padres saludarlo desde la distancia llenos de brillos y cánticos.

—¡Tres! —Beomgyu soltó una carcajada casi chocando contra un poste al tratar de subir las escaleras, esta vez fue el turno de Chanyeol de reírse.

Luego de correr como desquiciados a través de los pasillos empezado a subir a los demás pisos, finalmente bajaron el ritmo. Al notar que nadie los seguía, y porque Mingi se veía medio mareado. Así que con total tranquilidad, se asomaron por la puerta corrediza entreabierta del salón de Taehyun, afortunadamente habían tenido la suerte de que fuera el primer salón al que se asomaron, de lo contrario hubiesen tenido que fijarse en todas las ventanas de los demás salones a lo largo del pasillo.

Automáticamente, los ojos de toda la clase cayeron sobre ellos, incluyendo los de Taehyun, quien estaba de pie frente a la clase, pareciendo anunciar algo, hasta la interrupción.

Carraspateando, Beomgyu le tendió el brazo a Chanyeol para que le alcanzara el bolso con Mingi, para después terminar de abrir la puerta e ingresar al salón, saludando con una amplia sonrisa a su hermano, quién lo observaba con una expresión llena de intensiones asesinas.

Serendipia | Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora