00:16

190 36 8
                                    

Una cita.

Era de esperarse que tuviera la atención de varias personas, tenía una belleza innegable, pero jamás esperó que los hombres y mujeres se le acercarán tan descaradamente, después de saber que era soltera.

Heejin se sentía abrumada por la atención.

Pero con el tiempo le empezó a gustar.

No le fue tan mal al principio.

Por ello aceptaba cada una de las citas que le proponían, no importaba la persona ni el género. Solo deseaba conocer personas y divertirse un rato. Habiendo situaciones donde su cita llegaba a ser un completo idiota y, en otras, una total dulzura. Como por ejemplo, Shin Ryujin.

Estudiante de tercer semestre.

Era un año menor que ella,  por lo que nunca se la había topado, pero de acuerdo a ella, la razón del porque hasta ahora compartían palabras:

"Siempre estabas con aquella pelinegra de ojos grandes, así que desistí a intentar acercarme a ti. Ella parecía ser tu luz"

Y lo era.

Pero era pasado. Y ahora estaba feliz de no estar atada a alguien para comprometerse a mirar otros, hablarles y hasta acostarse con ellos. Heejin se sentía libre en todos los ámbitos y aprovechaba cada momento para conocer a otros; cuando no estaba ocupada en clases o con sus padres, los cuales visitaba cada vez que su madre la extrañaba.

Ahora con su nuevo horario, debido a que consiguió un empleo en línea, le era difícil coordinar todo, pero no imposible. Por eso, al darse cuenta que tenía dos horas libres y apartamento libre, invitó sin dudar a Ryujin.

— ¿Qué tal las clases?

— Dinámicas.

Silencio.

—¿A qué te refieres? — volvió a hablar Ryujin, rompiendo el silencio y levantando su cabeza del abdomen de la chica.

Heejin, al ver que la chica se intentaba levantar de su cómoda posición, empujó su cabeza para que volviera a su lugar. Recibiendo un insulto por la fuerza de su empuje y comenzando a acariciar el cabello de la menor — Lo que sea... ¿Qué tal las clases de baile?

A pesar de la cercanía de ambas y de la notable manera en que estaban acostadas. Sabían que eran amigas, solo eso. Heejin no quiso subir de nivel con ella y Ryujin perder una nueva amistad por la calentura.

Aunque los besos no faltaron.

Supieron que después de esos toques, no era necesario más.

Dentro de aquella burbuja de felicidad en la habitación, todo parecía estar bien. Donde solamente dos estudiantes parecían pasar el rato riendo, burlándose y contando anécdotas. Heejin supo que eso era lo que tanto necesitaba para agregar algo bueno a su vida, la amistad de Ryujin.

Y Chaewon, quien estaba detrás de la puerta, escuchando con su oreja pegada a la madera, que Heejin comenzaba a florecer nuevamente. Sin ayuda de ella.

Sonrió con dulzura al volver a escuchar, después de semanas, la risa grave de Heejin. Y un sentimiento se implantó en su pecho. Sintiendo cosquillas en las puntas de sus dedos y acariciando la madera antes de retirarse a su habitación, suspiro.

"Cambiaste. Cambié. ¿Puedo mostrarte que también mis sentimientos por ti?"

After Midnigth | Heewon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora