Una hora después de medianoche.
Costumbre.
Desconocía totalmente las costumbres de Chaewon, o bueno, gran parte de ellas. Ya que siempre fue una persona individualista y, por lo general, se mantenía ocupada en sus asuntos. Pero ahora que había renunciado a su antiguo empleo y encontrado una mejor — menos horas y buena paga— podría decir que actualmente formaba parte de la rutina de la rubia. O mejor dicho, castaña.
Chaewon le había sorprendido aquella madrugada, justo antes de dormir, con su nuevo look. Sorprendida le quedó corto a como fue que reaccionó al verla, jamás imaginó que su compañera de apartamento se viera tan linda y natural con ese color en su cabello, es más, juraba que hasta lograba darle más madurez a su rostro. Porque no era un secreto que Chaewon se viera muy joven, menor de edad, a su sus ya veintiún años de vida.
Aquella noche, donde parecía que regresaría a su saludable horario para dormir, se vio interrumpido por la emoción de salir y retratar a Chaewon en fotografía. Justo en medio de la madrugada, ambas salieron hacia la plaza más cercana, para cumplir el deseo de Heejin.
Capturar la belleza de Chaewon.
Parecía ser que cada día que pasaba, y al llegar la medianoche, una nueva aventura comenzaba. No importaba si fuera o dentro del apartamento, pero ambas jóvenes siempre encontraban la energía necesaria para disfrutar de sus aventuras. Aunque a veces llegaban días como hoy. Donde Chaewon debía centrarse en sus trabajos finales y Heejin, cerciorarse en no perder la única amistad que había hecho durante ese año.
Shin Ryujin.
— ¿A dónde tan emocionada? — gritó a su lado la menor, Heejin rodó los ojos mientras bebía de un trago el contenido de su vaso. — Si la fiesta apenas comienza Unnie. — Ryujin hizo un puchero y se colgó del antebrazo de la mayor.
Jeon sonrió por tal escena y negó reiteradas veces, al darse cuenta que su pequeña amiga ya se encontraba ebria, pero no lo suficiente para ver como ella deseaba atravesar la puerta e irse. Heejin solo quería correr de ese lugar.
— Prefiero irme a casa. — confesó risueña.
Para este punto, en sus sistema, ya recorrían unos cuantos litros de alcohol, no quería decirlo en voz alta, pero casi estaba segura que si no se detenía justo ahora, comenzaría su etapa de ebria sin control y con ganas de mimos. Estaba temiendo perder el control de su razonamiento y caer en la tentación de correr a los brazos de su mejor amiga.
Su Chaewon.
Tantas semanas a su lado, llevando ambas la misma rutina divertida de sus aventuras a media noche, parecían cobrarle factura en ese momento. La costumbre de saber que al final del día, siempre se toparía con la prescencia silenciosa de Chaewon, caminando de un lado a otro por el apartamento, preparando la cena de ambas o simplemente esperando la para escuchar cómo le fue en sus clases; las últimas semanas fueron esas cosas y más, escenas que Heejin absolutamente no podía dejar de extrañar.
— Yah... — lloriqueo Ryujin colgada en su cuello, Heejin despabiló de su mundo de fantasía con Chaewon y tomó con fuerza la cintura de la menor. — hace, hace, hace.... hace semanas que no nos vemos Unnie y ya te quieres ir, ¡me cambias!
— Mira como te pones en tan solo dos horas de haber llegado. — ignorando las palabras de la menor, levantó su mano libre para llamar la atención del bartender y pedir la cuenta.
Era inevitable sentirse la peor amiga del mundo, pero a quien engañaba, la única razón de haber salido — por fin — de su apartamento después de semanas, fue por las insistencias de Chaewon. Debía desprenderse un poco de su roomie, pero era casi imposible cuando se sentía tan cómoda y en "casa" a su lado. Su lugar seguro. Lo que amaba al llegar de un agotador día de clases.
¿Chaewon también se sentía en casa a su lado?
Desconocía, pero no estaba de más preguntarle.
— Gracias Hwang. — agradeció al conocido hombre que les atendía cada vez que iban a beber y, con las pocas fuerzas que le quedaban, se encaminó fuera del bar.
Cargando a una media inconsciente chica, Heejin atravesó el pasillo de la salida, siendo observada por las miradas interrogativas de varias personas y uno que otro piropo de algún ebrio solitario. A pesar de mantener su cara estoica y con total concentración en sus movimientos, sabía que si no se daba prisa, se desplomaba en medio de la pista. Heejin era fuerte, pero no tanto cuando bebía.
Justo cuando sus miedos se cumplieron, y cayendo de bruces al suelo, fue auxiliada por nada más y nada menos que un grupo de chicas a su alrededor. Heejin quizó permanecer consciente cuando comenzaron a llamarla por su nombre y tomarla de los brazos, pero en verdad sus ojos parecieron cerrarse de inmediato al sentir una punzada en su sien.
Esto pasaba cuando te excedes con el tequila y una Ryujin dolida por la inactividad de su relación amistosa.
Todo se volvió negro y Heejin deseó, antes de perder la conciencia de a poco a poco, que aquellas chicas que sabían su nombre fueran buenas personas y le llamaran a la única persona en su mente desde que comenzó a beber.
Chaewon.
Aún después de que la luna este en su punto máximo, ¿vendrías por mi?
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After Midnigth | Heewon.
Fanfiction𝗛𝗪 | ❝ Después de todo, nosotros también podemos hacerlo ❞ Heejin jamas volvería a ser la misma, no despues de saber lo que pasaba a la media noche en aquella habitación. Chaewon estaba consciente de eso, pero estaba dispuesta a mostrarle a Heejin...