Hoy era el día que Hannah visitaría a sus abuelos, los llamó temprano para avisarles que iría en la tarde y estuvieran pendientes.
Se dió una ducha y desayunó un cereal con yogurt.
Sí, por esas razones es delgada por naturaleza.
Notó que ya eran las cinco de la tarde y terminó rápidamente de comer.
Buscó en su armario unos jeans ajustados y una franela negra.
Se recogió el cabello en una coleta levemente alta y se maquilló un poco.
Se coloca unos zapatos simples de color negro, agarra su billetera y la llave de su piso para salir del apartamento.
Caminó por la acera tarareando una canción de Harry Styles y entró en una tienda a comprar unas donas de chocolate y chispas de colores y siguió su camino.
Se sube a un bus, paga el pasaje y se sienta en uno de los asientos.
De seguro que llegaría como a las cinco y cincuenta a las seis, la casa de sus abuelos les quedaba un tanto lejos.
Decidió comer una de las donas que le iba a llevar a sus abuelos ya que le llegó hambre y no tenía nada más para comer.
Se quedó observando por las ventanas y vió un campo de combate y ese tipo de cosas, observó que una chica de cabello corto negro con un silbato en la boca el cual hacía sonar a cada rato para llamar la atención de los chicos que estaban allí y al parecer reprocharles por no hacer algún golpe o movimiento bien.
El bus se detuvo y Hannah se quedó mirando distraídamente el mismo lugar, la chica de cabello corto era la entrenadora de ese lugar.
Se veía que era ruda, los movimientos que enseñaba a los demás eran súper geniales, ella era digna de admirar.
Hannah miró unos segundos más, un tanto interesada, hasta que el bus siguió con su camino.
Llegó a la calle de dónde sus abuelos vivían y se bajó del bus.
Caminó y llegó frente a la puerta pero escuchó unos ruidos extraños dentro. Frunció el ceño y de todas formas tocó las cinco veces hasta que escuchó pasos acercándose, soltó un suspiro de alivio y se relajó un poco.
Esbozó su mejor sonrisa pero al ver a quién abrió la puerta, su sonrisa se borró lentamente hasta quedar completamente seria.
—¿Wyatt?¿Qué haces ac...— tapó su boca y la jaló dentro de la casa haciendo que las donas cayeran al suelo.
Intentó sacudirse o hablar pero Wyatt la sostenía fuertemente.
Notó cómo bajaban al sótano y abrió mucho los ojos, tragando saliva fuerte y ruidosamente.
—¿M-mis... A-abuelos están a-allí?—tartamudeó temerosa, mirándolo.
—Tranquila, no hemos iniciado todavía, solo cállate la boca que ya llegamos.
«Iniciar, ¿Qué?»
¿Qué sucede, por qué Wyatt está tratándola de esa forma?¿Y... Que le hará a Amanda y a Fred?
Llegaron al piso de abajo dónde cómo en las películas, sólo iluminaba una parpadeante bombilla blanca.
Observó detenidamente el lugar y cuando bajo la mirada a el suelo, vió qué estaban sus abuelos amarrados completamente con una cuerda y las bocas tapadas con otra más.
Ahogó un grito e intentó correr hacia ellos pero Wyatt la sostuvo aún más fuerte.—si era posible.—
Intentó soltarse sacudiéndose pero fue en vano.
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Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)
Mystère / ThrillerHannah Hill, quiere una venganza por la muerte de sus abuelos, y no se tranquilizará hasta hacerlo. Créditos de la portada para @Lu_Fer23