Capítulo X.

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-¿Por qué lo hiciste?- cuestioné a Dinm confundida.

-Sólo lo hice y ya.

-¿Podemos empezar a divertirnos o seguiremos discutiendo por quién trajo o no a Hann?- cuestionó impaciente Aarón.

-Vale.- accedí mirando con mala cara a Dinm y dándome media vuelta.- ¿Dónde es?

-Sígueme.- me guió Aarón y lo seguí.

Los demás también nos siguieron y fuimos a una cabaña.

-¿Aquí es?- cuestioné extrañada.

-Sí, pero espera.- dijo Jacob abriendo la puerta y dejándose a la vista unas escaleras de bajada.

-Oh...- dije y el sonrió divertido marcando sus hoyuelos.

Bajé las escaleras lentamente y cada vez se hacía vista un literal, laboratorio gigante con miles de habitaciones con los cuales supongo... Habían habitantes y caminé lentamente observando curiosa.

-Y entonces, Hannah, vas a matar a una persona solo por gusto, ¿Eh?- cuestionó de repente a mi lado Drick.

Miré a Drick con mala cara.

-A mí me parece que eso no es de tu incumbencia. Drick.- dije con mala cara.

El sonrió y me miró burlón, mientras yo caminaba le saqué el dedo corazón.

Observé que personas yacían en cada habitación amarrados con cuerdas de pies a cabeza y me golpeó un recuerdo de mis abuelos cuando estaban así y rápidamente sacudí la cabeza y seguí caminando.

Miré mis armas y quise saber qué tal si le lanzaba una a una de esas personas.

-Whit...

-¿Qué?

Así que seguía enojada.

-De verdad lo sien....

-Te he dicho que nunca sientas nada cuando se trata de mí.
Apreté los labios en una dura línea y volteé a verla.

-Yo no sabía. No... Sabía que Dinm me mentiría diciéndome algo así. El me dijo que...

-Sí, lo sé, que yo lo había mandado, pero he olvidado advertirte que nunca tienes que creer lo que Dinm diga a tí, o a cualquier persona, el siempre miente.

Asentí y miré el suelo.
-¿Me perdonas?

-No.

-Pero...

Y soltó una carcajada y me sorprendí.

-Claro que sí, Hannah, tampoco es para tanto, Dinm es el idiota allí, aunque... Bueno, tu también lo eres un poco pero que más se puede hacer.- dijo y sonreí mirándola y asentí.

-De verdad pensé que no lo harías, ya hasta me empecé a imaginar todas las torturaciones que me harías por imbécil.- dije y las dos soltamos una risita.

-Enserio creo que te quedaste traumada con lo que te conté de mí. Ya te dije que no tengo malas intenciones contigo. Sólo, mantente al margen, ya que no quiero que me hagas perder la pizca de paciencia que tengo y te termine rompiendo el cuello para colocar tú cabeza de adorno en mi habitación.

Reí un poco asustada.

-Vale...

-Ahora...- me jaló del brazo y metió en una habitación.- Hay que empezar con lo fácil.

La miré espantada.
-¿Y una persona te parece fácil?

-Es que ya está demasiado débil y se te será más fácil terminar con ello.

Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora