Despertó y se metió en la ducha.
Estuvo casi toda la noche pensando en su vida, en todo lo qué tendría que pasar. Y lo primero que tiene pensado hacer hoy en la tarde después de clases, es averiguar qué tal ese salón de combate dónde estaba la chica de pelo corto negro.
Se puso una sudadera negra con un top negro por dentro y un leggins negro también cumpliendo el luto que tiene a sus abuelos.
Quién diría que quedaría viviendo sola sin ningún familiar vivo o... Al menos desaparecido de su existencia.
Cómo se lavó el cabello y lo tenía mojado solo lo desenredó y se fue sin maquillaje.
No tenía hambre. ¿Peor todavía? Hoy miércoles 19/07 era su 'Felíz cumpleaños' qué era todo lo contrario—en el mal sentido.— a la primera palabra.
No podía soportar el ardor en los ojos, necesitaba desahogarse.
Decidió ir a otro lado qué no fuera el instituto con las lágrimas en los ojos apunto de salir de las órbitas.
Limpió una lágrima con rabia y caminó a toda velocidad, qué cuando notó dónde se dirigía, estaba en la entrada de un salón para boxeo y entró sin pensar.
Pagó unos cuantos dólares y se encaminó hacia unos de los 13 sacos de boxear que había.
Era temprano y no había nadie, solo ella y otra persona en otra esquina.
Se colocó los guantes y, sin pensar dos veces, empezó a golpear con mucha fuerza, desahogando todo su dolor mientras lágrimas caían de su rostro.
Estaba empezando a tener odio al mundo.
Era una sensación que no podía describir. Era algo horrible.
Golpeaba, pero todavía sentía dolor, y ni siquiera dolor físico, era puro dolor emocional.
Quería desgastar toda la energía que tenía, así que empezó a patear con fuerza sin parar.
Golpeaba. Pateaba. Golpeaba y volvía a patear.
Sintió una gota de sudor empezar a deslizarse por su frente, combinándose las lágrimas con el sudor.
¿Cómo podían? ¿Cómo pudieron herirla así? ¿Cómo pudo creer qué ellos no harían daño a nadie? ¿Cómo de repente ella misma dejó que le hirieran fácilmente?
Se hizo una coleta alta y mal hecha y siguió golpeando.
No se supo ni cuántas horas estuvo allí.
No se sabe cuánto tiempo estuvo llorando sin parar.
Pero lo único que sabía era qué seguía el dolor allí. Y de alguna manera se tenía que esfumar.
Llegó al lugar de la chica-pelonegro-corto, y entró en el pequeño pasillo.
—¿Buenos días? —llamó, esperando.
Toqué tres veces un timbre que estaba al lado de la reja.
Se escuchó unas pisadas de escaleras y una llave.
Esperó pacientemente a que abrieran, y, luego de tres cerraduras la reja fue abierta encontrando a la chica de cabello corto con un leggins morado y una camisa —de hacer ejercicio—negra ajustándose a su asquerosamente perfecto cuerpo ejercitado.
—Buenas. ¿Diga? —habló formalmente ella.
—Buenas, Era para saber si todavía queda inscripción para aprender acá. —responde Hannah, con la expresión seria y neutral.
—Sí, claro, primero que todo, soy Madelaine Smith. La única profesora de este lugar, las clases son de Miércoles a domingos, desde las cuatro de la tarde hasta las seis. También, les asigno un día antes de inscribirse un mini entrenamiento y ahí ven si les gustaría quedarse o no. —dijo todo de manera profesional.
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Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)
Mystère / ThrillerHannah Hill, quiere una venganza por la muerte de sus abuelos, y no se tranquilizará hasta hacerlo. Créditos de la portada para @Lu_Fer23