La misma noche después de la muerte de sus abuelos...
Llegó a su piso del apartamento y entró.
Pasó directo a su pequeña habitación y se miró en el espejo.
Cualquiera que la viera hasta de reojo, podía notar que estaba destrozada, tenía el rímel y delineado corrido, estaba despeinada, y tenía los ojos hinchados.
Ella sólo cerró la puerta de su habitación, se tumbó en la colcha de su cama, tomó su celular y puso la canción que le encantaba a sus abuelos. Mientras la cantaba sus lágrimas caían de sus mejillas... Tomó su almohada, apoyó su cara y en silencio gritaba;
—Deja de llorar, lo superaremos, como siempre lo hemos hecho.
Cada maldito segundo la imagen de sus abuelos desangrándose con el hacha en sus estómagos llegaba y lloraba, más, más y más.
Quería gritar, y destrozar todo, pero en vez de eso, se quedó callada y se destrozó el alma.
Se sentía cómo si hubiera sido una completa estúpida, se dió de cuenta que estuvo caminando a la punta del alcantilado sin escuchar ni ver a nadie, que tenía cegado los ojos, pero cuando los abrió, fue tarde, ya la habían empujaron al alcantilado de manera brusca, y ya destrozada, supo en que mundo estaba.
Lloró, hasta que quedó dormida.
...
Se levantó y se metió al cuarto de baño, se enjuagó el rostro y se metió a la ducha.
El agua estaba fría, mejor, necesitaba desestresarse y controlarse antes de que cometiera una locura.
Se colocó de ropa un pantalón ajustado negro y una camisa manga larga ajustada también negra, le guardaría luto a sus abuelos por demasiado tiempo.
Se dejó el cabello suelto, se lo cepilló y se maquilló un poco con colores negros.
Aprovechó para deshacerse de la ropa colorida y guardar las de colores oscuros, más que todo negro y vino tinto.
Para desayunar se preparó unas tostadas con crema y agua.
Dejó mitad de aquello y lo desechó en la basura ya que ni hambre tenía.
Entra a su habitación, agarra sus llaves y deja el celular apagado, no quería hablar por teléfono con nadie hoy.
Sale de su piso y baja por las escaleras.
Llegó a la entrada y se fue.
Hoy tendría que comenzar la nueva vida de Hannah Hill, la chica de 17 años que sufrió la pérdida de sus abuelos y busca venganza.
Llega al ya conocido callejón ya no tenebroso para ella y camina hasta el final de el.
Dónde,— como ante ayer— estaba el parque, pero solitario.
Se sube al pequeño columpio y se balancea hacia delante y atrás suavemente, mientras miraba al suelo perdidamente le llegó al cerebro un flashback.
~FLASHBACK~
—Más rápido, abuelo, quiero volarrr—dijo en el columpio.
—Te puedes caer mi pequeña.— dijo su abuela desde la otra esquina.
La pequeña hace puchero y su abuelo no logra aguantar con su ternura.
—Está bien, Amanda, balancéala y si quiere volar yo la atrapo aquí al frente, tendré mucho cuidado.— dijo el abuelo situándose unos centímetros frente del columpio y la pequeña pelinegra sonrío feliz de oreja a oreja.
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Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)
Mystère / ThrillerHannah Hill, quiere una venganza por la muerte de sus abuelos, y no se tranquilizará hasta hacerlo. Créditos de la portada para @Lu_Fer23