Capitulo I

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Dos años antes de la muerte de sus abuelos

—Y entonces, ¿Dos exámenes para mañana? —cuestiona Hannah, fastidiada.

—Sí, Hann, dos exámenes para mañana — confirmó Grace.

Rodó los ojos y miró las cuántas hojas blancas que yacían en su cama regadas, se tiró de boca hacia ellas.

—¿Por que no nos dejan vivir libres de tareas y llenos de fiestas? — suspira cerrando los ojos y Grace se acerca y le da unos golpecitos en la espalda.

—La vida es injusta, Hannah, nunca seremos felices para siempre.

Suelta un resoplido igualmente.

Se levanta y mira a Grace.

—Hoy veré a mis abuelitos, ¿Me podrías adelantar un poco la tarea? —hace puchero y ojitos, intentando convencerla.

—Como quieras. —murmura con simpleza y se cuelga su mochila del hombro .

«Oh, que fácil.»

—¿Te vas? —cuestiona.

—Ehm... Si, es que... Bueno..., Tengo cosas que hacer... ¡Nos vemos mañana! —dice y baja rápidamente las escaleras.

¿Es idea suya, o Grace ha estado demasiado extraña estos días?

Se encogió de hombros y acomodó las hojas desordenadas.

...

Iba de camino a casa de sus abuelos y decide comprar unas tacitas de té y unos brownies, ya que Amanda —su abuela— amaba las tacitas de té y Fred —su abuelo— los brownies.

Ya con todo en mano llegó a la puerta y tocó cinco veces para indicar —cómo de costumbre—que era ella.

Se abrió la puerta y la chica vió a  Amanda con una cuchara de madera en la mano.

—Oh, cielo, llegaste, pasa. — sonrió cariñosamente y Hannah la abrazó.

—Hola abuela, les traje un regalo a tí y al abuelo, ¡Les va a encantar! — dice felizmente.

—Y yo te hice especialmente un pie de frambuesa, tu favorito. —
Hannah sonríe ampliamente, como un niño.

Pasa a la cocina y ve al abuelo sentado en la barra mirando el periódico.

—¡Abuelito! ¡Llegué a visitarlos! — dice y Fred levantó la mirada y se quitó los lentes dejando el periódico a una esquina.

—Ven aquí mi pequeña pan de leche. —el Abuelo sonríe levemente extendiendo los brazos.

Hannah corre y lo abraza como si fuera la última vez haciéndolo.

«¿Por qué estos pensamientos tan dolorosos de repente?»

—Abue, ya no soy una niña. —dice divertida, mirándolo.

—Para mí siempre serás mi pequeña de siete años. —acaricia su cabello.

Ríe y se separa de él.

—Abuelo, les traje un regalo a cada uno de los dos. —indica cuando los dos estaban presentes en la cocina.

—¿Ah sí? ¿Que esperas para darlos? —dice su abuela.

Sonríe y les tiende las bolsitas de regalo que alcanzó a comprar.

Fred fue el primero en sacar los brownies de su bolsita.

—¡Son mis favoritos!, ¡Gracias mi pequeña! —sonríe y Hannah camina hacia el para abrazarlo.

—¡Lo sabía!, Por eso te los traje. Abuela —la chica dirige su mirada hacia ella. —Ahora abre el tuyo. —sonríe con emoción.

Asintió y abrió el paquete, desenvolvió el papel que protegía en empaque de las tacitas e hizo una expresión de asombro llevando la mano que tenía libre a su boca.

—¿Y? —la chica la mira, expectante.

—¡Me fascinan! Ven aquí. —dice y la abrazó a ella.

Empezaron a comer del pie que la abuela preparó, que le pareció que estaba exquisito para completar.

—¿Y cómo va la preparatoria pequeña, vas con buenas notas?— cuestionó el abuelo.

—Sí, todo genial, cada vez tengo más amigos, pero los mejores son Grace y Wyatt, los quiero demasiado. —la pelinegra esboza una pequeña sonrisa ladina, cogiendo otro trozo de pie con el tenedor y llevándolo a su boca.

—Nos alegra mucho cielo. —dijo Amanda, sonriendo.

Pasaron la tarde charlando hasta que oscureció y ya era hora de que se fuera.

—Abuelos, me tengo que ir, me encantaría quedarme otro rato pero tengo clases mañana y bueno, tengo que dormir temprano.

Los dos asintieron;

—Venga, te acompañamos hasta la puerta. —dijeron siguiéndole a la puerta.

Se detuvo en la puerta y dió la vuelta mirando a sus abuelos.

Los abrazó y miró;

—Los quiero muchísimo. —sonríe con total sinceridad.

—Nosotros a tí pequeña angelito. —dijeron y se dieron una última mirada, abrió la puerta.

—Adiós abuelitos. —se despidió y cerró la puerta.

Empezó a caminar y notó a Wyatt y Grace en un bar cerca de allí, hablando.

Decide entrar y se dirige hacia ellos, Wyatt nota su presencia y le da una patada a Grace en los pies que se calló al instante, los dos la miraron ¿Nerviosos?

—¡Hola! —sonríe y se sienta junto a ellos.

—Hola.  —saludaron los dos al unísono, monótonamente.

—¿Sucede algo?  —pregunta paseando su mirada de Grace a Wyatt y contrariamente.

—Eh... —Wyatt repiquetea sus dedos sobre su pantalón y Grace al verlo respondió al instante.

—¡NO! digo,claro que no. —sonríe mirándola fijamente.—¿Y eso que estás por acá? —preguntó jugueteando con sus dedos.

—Solo iba camino a casa y los ví charlar entonces decidí entrar, ¿Que hablaban por cierto? —responde y cuestiona paseando su mirada por ambos.

—Nada importante.  —habla casi al instante Wyatt.

—Ah... —musita Hannah y asiente lentamente, con extrañeza ¿Qué les sucedía?

—Bueno, ¿Adelantaron algo de tarea? —cuestiona un tanto incómoda por la tensión que había entre los tres.

—Sí, un poco. —dijeron los dos al mismo tiempo.

Frunció el ceño.
—¿De verdad no sucede nada malo?

Y otra vez vi en su cara, nerviosismo.

—¿Chicos...? —insiste y Grace decide hablar.

—Es... Ducky, mi cachorro, está demasiado enfermo, le quedan pocas posibilidades de vida y... Tengo miedo. —su voz se quiebra al decir lo último y  baja su mirada al suelo sollozando.

—Oh... Grace... —le da un leve apretón de consuelo en el hombro y Wyatt asiente nervioso.

—Bueno, mañana hay clases... Debemos irnos cada quién a su casa a estudiar para el examen. —ambos se levantaron al mismo tiempo. Grace aún con la mirada en el suelo.

—Okey, Adiós. —Hannah se queda sentada con la mente en blanco unos segundos, se levanta y se retira del lugar caminando hacia su casa distraídamente, con la mirada perdida.

A estos dos algo les sucede, ¿Qué era lo que hablaban qué cuando Hannah llegó, se pusieron tan nerviosos?

«Esto huele raro, por un cachorro no se puede estar así...»

Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora