Capítulo XIII

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Dinm

Me encontraba en la sala de Hannah, fumando una mota mirando el techo, distraídamente.

No sé qué mierda era lo que me sucedía últimamente con todos, sobre todo con ella...

Cada vez que la veía y hablábamos me hacía sentir una asquerosa sensación en el maldito corazón.

Y no es que fuera desagradable, si no que era una sensación demasiado.... Ehmm... Muy... ¡Ugh!... Esa maldita palabra que no quiero admitir.

Inhalé el humo del tabaco dejando que aquel indagara  por mis pulmones y lo solté lentamente cerrando los ojos.

Hannah salió de su habitación hecha un desastre.

Cabello despeinado... Baba en la comisura del labio... Lagañas en los ojos... Remera arrugada... Y... Maldición, ojos hinchados y rojos.

-Buenos días joyita.- enuncié con media sonrisa ladina.

-Hola.- dijo con voz ronca.

-¿Sucedió algo?- cuestioné con un poco de preocupación.

-Dinm...- soltó un suspiro- en estos momentos me sucede de todo, así que creo que es una pregunta demasiado patética.- dicho fue hacia la nevera.

Asentí mirándola.

-Es cierto. Lo siento.- dije causando que ella volteara a verme cautelosa, frunciendo un poco el ceño, luego enarcando una ceja.

-¿El señorito Dinm acaba de darme la razón y decirme lo siento, o es qué estoy alucinando cosas?- dijo dibujando una sonrisa a pesar de la situación.

Ladeé la cabeza haciendo una estúpida sonrisa torcida.

-Pues sí.- confirmé y ella sonrío divertida.

Vaya... Hasta pareciera como si hubiéramos cambiado de papeles hoy.

Nos observamos segundos en silencio y me aclaré la garganta ruidosamente.

-Hay que irnos.- dije levantándome del sofá y desechando la mota en el suelo.

-¡Oye! ¡Abusador!, ¡¡Recoge eso!!- refunfuñó.

Reí a carcajadas.

Es que se le veía demasiado tierno lo refunfuñona.

Y aparte con su apariencia... Quién podría tomarla enserio.

Alcé las manos en señal de paz para que ella creyera que le temía de verdad y recibí una sonrisita de orgullo por parte de ella.

Recogí el tabaco y lo deseché en la papelera más cerca que encontré y suspiré.

-¿Ahora sí nos vamos?- cuestioné.

-¿Estás mal? ¡Mira como estoy Dinm! ¿Me ves con apariencia 'decente'? - cuestionó cómo niña enojada.

-Joyita entiendo que estés en tus días de "periodo" pero no es para que actúes así de refunfuñona.- la señalé y ella enrojeció y abrió los ojos como platos.

-¿¡C-como sabes que estoy con el periodo!?

-Mírate atrás y descubre cómo supe.- dije y ella volteó rápidamente y enrojeció más pareciendo a un tomate.

-¿¡Y TÚ QUE HACÍAS MIRANDO ALLÍ!?- gritó hundiendo las cejas.

Me encogí de hombros.

-Mí mirada suele ser traviesa.

Ella gruñó y farfulló maldiciones caminando rápidamente hacia el baño.

Después de unos minutos se escuchó la ducha abierta.

Obsesión de Venganza (𝖤𝖭 𝖯𝖱𝖮𝖢𝖤𝖲𝖮 𝖣𝖤 𝖤𝖲𝖢𝖱𝖨𝖳𝖴𝖱𝖠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora