Elizabeth se despertaba alarmada.
Por el ventanal entraban leves rayos de sol a causa de la gran cortina que intentaba evitar su paso.
La reina de Liones había tenido una pesadilla que se había sentido tan real que su corazón no dejaba de palpitar aceleradamente.
Se levantó en seguida y se preparó para salir. Fue pensante al gran comedor para desayunar con sus hermanas y sobrina.
Justo ahí vió a su familia, almorzando animadamente, aunque eso no le daba la tranquilidad que ella necesitaba.
Saludó y se sentó en el extremo, ya era costumbre. Desayunó en silencio, manteniéndose fuera de toda conversación. Le extraño no oír a su sobrina hablar como era costumbre, levantó la vista hacia el lugar donde se supone que debería estar, pero no logró verla.
— ¿Margarita?— preguntó un poco inquieta.
— dijo que no se sentía bien, así que fue a su habitación— respondió Margaret.
Elizabeth se levantó de su asiento—. Iré a la taberna a ver como están los chicos— anunció dejando su desayuno a medio comer.
— ¿Por qué irías a ese lugar Ellie?— preguntó extrañada Verónica.
— creo que debería ir, algo me está molestando— dijo inquieta por la pesadilla que la había asaltado.
— ¿Podrías llevar a Margarita? Creo que jugar un poco con sus amigos le haría bien— preguntó Gilthunder.
— claro Gil. Los veré después— se despidió antes de salir. Fue a la habitación de la pequeña, donde la encontró mirando sus vestidos—. Margarita.
— hola tía Ellie. ¿Cuál crees que se ve más bonito?— preguntó alegre la pequeña.
— con cualquiera te verías hermosa, pero creo que me inclino por el de margaritas— dijo Elizabeth con una sonrisa—. Deberías ponert lo para ir con Ryota y Lancelot.
— ¿Me dejan ir?— preguntó entusiasmada.
— yo iré para allá y tu papá me pidió que te llevara— respondió Elizabeth.
Un grito de emoción salió de la pequeña, se cambió lo más rápido posible para salir.
Juntas salieron del gran castillo.
— tía Ellie, ¿Por qué irás a la taberna?— preguntó curiosa la pequeña.
— para ver a las chicas.
— ¿Y por qué el escándalo de ayer?— preguntó más curiosa.
Elizabeth se tensó un poco, pero la vió y sonrió—. Es que la mamá de Ryota y yo no nos llevamos bien.
— ¿Por qué si tú le agradas a todos?
— es complicado Margarita; pero que nada de eso te impida dejar de ser amiga de Ryota.
El camino de había quedado en silencio, la pequeña y la albina iban absortas en sus propios pensamientos.
Al llegar al Boar Hat vieron a todos reunidos en una mesa notablemente concentrados en lo que pensaban. El ambiente estaba tenso, eso logró persivir Elizabeth.
ESTÁS LEYENDO
La sangre no nos hace familia
FanfictionDoce años, casi trece años cumplidos después de que la guerra culminara y Los Ocho Pecados Capitales tomaran diferentes rumbos, éstos vuelven a verse, pero no en una situación agradable. Conocerán un peligro que ha acechado a la familia de los demon...