Capítulo 11

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— ¡Por favor tengan piedad de nosotros!— rogó un hombre horrorizado por toda la masacre que cuatro personas llevaron a cabo.

— te lo suplico, no me mates...— rogó una señora moribunda mientras se arrastraba por el suelo tratando de huir de su atacante.

Una pequeña aldea fue abrasada por las llamas poderosas del purgatorio. Todos sus habitantes trataban de huir, con suerte unos pocos lograban sobrevivir, pero los causantes de la masacre se encargaron de llevar a los seres humanos de aquella aldea a la desesperación.

— Agus ¿Se supone que le llevemos algunos humanos a Alexander y Lauren?— preguntó Aron mientras devoraba el alma de una mujer embarazada.

— debemos, el plan requiere de mucha energía por parte de Lauren; someter a la reina demonio y destruir al rey demonio no es tarea fácil— respondió con tranquilidad Agus tras devorar varias almas. Sorprendentemente su ropa estaba intacta, sin una mancha de sangre.

Aron se volteó para ver cómo su hermana torturaba almas inocentes con una sádica sonrisa.

— Alía, no se juega con la comida— reprochó Aron mientras devoraba las almas torturadas anteriormente.

— ¡A-ron! Pero las almas saben mucho mejor cuando están desesperadas y en agonía— se justificó ella con un puchero— ¿Verdad que sí?

— bueno, tienen un distintivo sabor gracias a lo que dijiste— analizó Aron. Acarició la coronilla de su hermana—. Bien hecho Alía. Por esta vez te la dejaré pasar. Juega todo lo que quieras.

— ¡Gracias!— gritó entusiasmada.

A sus espaldas unos humanos estaban a punto de escapar, pero fueron atravesados cruelmente por las dagas cubiertas de fuego de la niña.

Un estruendo sonó bastante cerca de ellos gracias al mazo de la conocida Cornelia.

Ella arrastraba su arma, estaba bañada en sangre de sus víctimas, pero sus ojos reflejaban la satisfacción que le causaba devorar las almas y darse un pequeño placer de paso.

— ¿No deberíamos hacer algo con los metiches? Seguro vieron la señal de nuestra prima— cuestionó Cornelia tras sentarse en la pila de cadáveres que encontraba más cercana.

— según Lauren Alexander no quiere hacer nada al respecto, dice que podría usarse como carnada para el rey demonio— respondió Agus con simpleza—. El plan era atraerlo de diferente forma en otro momento, pero gracias a tu incompetencia tenemos que adelantar todo.

Cornelia bufó molesta por aquello. Recordar como fue cruelmente humillada por ________________ hacia que su sangre hirvíera con fervor.

— seguro están armando una estrategia para el rescate de la mujer, pero todo se les vendrá abajo cuando nos deshagamos aunque sea temporalmente de Meliodas— dijo Aron con tranquilidad recargado de un muro.

— para eliminarlos eficazmente debemos apegarnos al plan— dijo Agus arreglándose innecesariamente el saco—. Los Ocho Pecados Capitales son una piedra en el zapato para nuestra conquista. Para triunfar debemos eliminarlos a todos, especialmente a nuestros objetivos iniciales.

— Meliodas y su mujercita— dijo Alía con una voz cantora.

— también hay que recordar a Zeldris— dijo Aron seriamente—. Si Meliodas desaparece él sería el próximo rey demonio, además puede ser bastante poderoso.

— tranquilos, todo va a salir bien— dijo Cornelia confiada—. Al fin cobraremos venganza después de tres mil putos milenios.

— esa actitud tan confiada es lo que te llevará a la muerte pronto— susurró Aron. Vió el cielo y suspiró—. Hay que volver, pronto va a comenzar.

La sangre no nos hace familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora