Ya había llegado la mañana, pero no como todos hubiesen querido.
Diana trataba de disfrutar lo más posible del paisaje que se extendía frente a sus ojos. Hubiese deseado que la sensación que aquella vista transmitía fuera una de felicidad.
Estaba realmente preocupada por sus amigos, después de todo no habían tenido la mejor bienvenida.
Los había extrañado, raramente a ambos; pero no había podido recibirlos como lo hubiera imaginado por Elizabeth.
Ella era su más grande amiga, y entendía que lo que le habían hecho no fue correcto; pero eso no significa que menospreciaría a su capitán y sus sentimientos. Él tenía derecho a ser feliz, aún si eso conlleva lastimar a otra persona.
Ellos se veían realmente felices ante sus ojos, ver la sonrisa que ellos se daban mutuamente y a Ryota era lo más tierno que había visto en aquellos demonios.
Pero todo terminó mal tras el secuestro de _______________.
Diana estaba asustada no solo por ellos, sino también por el resto de sus amigos, por las personas inocentes que resultaron víctimas del enemigo, y sobre todo por su amado esposo.
No se atrevía a visualizar un escenario donde King perdiera la vida. Ahí si se derrumbaría por completo.
Tan solo pensar en esa posibilidad le daba ganas de llorar.
Justo King llegaba a su lado y la tomaba de la mano con una sonrisa llena de confianza. Él quería hacerla sentir bien.
— ¿Qué haces aquí? ¿No tienes sueño?— cuestionó él apacible.
Ella negó—. Lo último que quiero ahora es dormir— dijo con la mirada clavada en la ciudad de Liones.
King suspiró y miró al frente—. Entiendo, la situación que estamos enfrentando es muy fuerte; __________________ está secuestrada y quién sabe que le están haciendo; y ahora el capitán está viendo como su familia es masacrada de diferentes formas— dijo comprensivo—. Todos estamos en peligro.
Diana bajó la mirada sintiéndose impotente.
Una lágrima resbaló por su mejilla, su labio tembló—. ¿Por qué nos pasa esto? ¿Qué hicieron ellos de malo para merecer eso? ¿Qué hicimos nosotros para merecer esto? No lo comprendo...
King miró preocupado a su mujer—. Diana...
— ¿No crees que el acto de Ryota fue muy noble?— cuestionó Diana con una sonrisa triste— aceptar a cualquier precio salvar a sus padres. Esa declaración es demasiado para un niño; pero aún con su corta edad tiene una gran fortaleza...
— si. Ese niño es muy valiente; aunque lo entiendo, yo haría lo mismo por las personas que más aprecio— King sonrió comprendiendo los sentimientos del niño.
Diana levantó la vista para enfrentar la de King. Lágrimas abundantes resbalaban por su mejilla, sus mejillas y la punta de su nariz estaban rojas por el llanto.
Tomó el cuello de la camisa de King y lo atrajo hacia ella con una mirada penetrante.
— ¡Tengo miedo King, odio admitirlo, pero realmente estoy asustada!— confesó con pesar la chica— ¡Tan solo pensar en que podría perder a mis amigos hace que me duela el corazón!
— Diana, tranquila, son más fuertes de lo que creemos— dijo King con una pequeña sonrisa—. Los chicos van a estar bien...
— ¡¿Qué hay de ti?!— gritó ella frustrada— ¡¿Sabes el daño que me causaría si algo te pasara a ti?!
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La sangre no nos hace familia
FanfictionDoce años, casi trece años cumplidos después de que la guerra culminara y Los Ocho Pecados Capitales tomaran diferentes rumbos, éstos vuelven a verse, pero no en una situación agradable. Conocerán un peligro que ha acechado a la familia de los demon...