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—¿Puedes contestar tu celular? Es la centésima vez que lo escucho—dijo enfadada Iori, mirando con su ceño fruncido al peliblanco que estaba en el asiento de al lado.

—Si lo hago podría meterme en problemas—contestó Gojo sin sacar su mirada de las múltiples pantallas frente a él.—Además son sólo amenazas de muerte—habló restandole importancia.

—¿Ahora que hiciste?

—No tiene nada que ver contigo—dijo groseramente, logrando que la mujer se enojada con él y comenzará a insultarlo.—Espero que Yuu este descansando—pensó el hombre mientras ignoraba a Iori.

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—Tal vez los treinta si me están afectando—dijo preocupado el pelirrojo después de haber estado debatiendo consigo mismo por un tiempo.—Estoy tan confundido...—se quejó mientras hacía un pequeño berrinche y tapaba su rostro con la almohada.

Se quedó en esa posición sin decir o pensar nada, hasta que luego de varios minutos se levantó de la cama y fue hacía el baño que había en la habitación.

¡Tengo que hacer una llamada!—pensó mientras lavaba sus manos. Luego de lo sucedido, Yuu había olvidado por completo sus responsabilidades y que, como siempre, hoy era un día tan atareado como los demás.—Pero tampoco tengo celular—recordó como nuevamente su teléfono se destruía y ya no podía comunicarse con nadie.—Espero que a Gojo no le moleste que vaya a verlo—pensó Fukushima, de todas formas, una parte de él decía que no tenía ningún derecho de hacerlo después de todas las veces que lo había interrumpido, y en serio necesitaba un celular

Recorrió la habitación en busca de alguna de sus pocas pertenencias, para su mala suerte, ni siquiera su corbata estaba allí, mucho menos su calzado. Fukushima puso sus manos en su cintura, irritado, y siguió buscando hasta encontrar unas sandalias debajo de la cama.

—Son horribles—fue lo primero que dijo Yuu mientras se las ponía.—Además me quedan grandes—habló con resignación e incomodidad. Como el pelirrojo había estado usando sólo ropa de Gojo, suponía que ese calzado también le pertenecía y no podía evitar pensar en el mal gusto que tenía con la ropa. Al mismo tiempo, reconocía que media más que un hombre promedio y no todo el mundo podía prestarle ropa, el problema era que Gojo era un gigante.—Será un poco vergonzoso salir así, pero no puedo tardar mucho—se dijo a si mismo antes de salir de la habitación.

Pudo salir del lugar con facilidad, pero fue un gran problema para Yuu ver que no reconocía muy bien el lugar. Claro que ya había estado allí antes, pero sin duda no eran los mismos dormitorios de aquella vez y en el que estaba ahora parecía encontrarse mucho más alejado de los lugares que conocía (o donde se supone que estaba normalmente Satoru).

𝐖𝐎𝐑𝐊𝐀𝐇𝐎𝐋𝐈𝐂 ━ SATORU GOJO X MALE OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora