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Yuu soltó un pequeño quejido de dolor luego de que su espalda golpeara contra el suelo de madera. Se quedó allí, respirando y cerrando sus ojos por un par de segundos antes de obligarse a sentarse con dificultad.
—Te dije que entrenar conmigo seria duro, soy el más fuerte —por alguna razón la voz de Gojo lo irritó, seguramente porqué lo había estado golpeando desde hace más de una hora.
—Creo que fue una mala idea, de hecho —comentó con cansancio Fukushima. En todo ese tiempo que estuvieron "entrenando" Yuu ni siquiera pudo rozar a Satoru, que aunque era algo obvio no pudo evitar sentirse un poco molesto luego de que en cambio, él había sido derribado más veces de las que podía recordar.
—Yo me estoy divirtiendo.
Yuu mordió su lengua para no decir algo grosero como "no me importa" y se levantó lentamente del suelo luego de escuchar como su celular sonaba. Era su jefe, que en resumen le pidió que fuera a la oficina por una reunión y hablaron sobre el hotel, un tema que con solo nombrarlo ya le causaba dolores de cabeza al mayor. Cortó y suspiró con cansancio, necesitaba que todo terminara.
—¿Trabajo?
—Sí, tengo que irme —dijo, intentando que no se notará la pereza en su voz—. Estuve pensando en que luego de terminar este proyecto podría tomarme unos días libres.
Satoru sonrió y bajó un poco sus lentes para mirar el rostro del hombre, lo tomó por sorpresa. Aunque no era la primera vez que Yuu se tomaba vacaciones, siempre que lo hacía era por una fuerza mayor y no porque realmente quisiera, así que escuchar esas palabras salir de su boca fue satisfactorio.
—¿Por alguna razón en especificó? —preguntó con curiosidad.
—No me gusta tener que ver mi agenda llena todos los días de la semana, ni estar corriendo por todos lados cada vez que recibo una llamada —contestó de manera sencilla mientras se ponía su calzado y buscaba sus pertenencias para irse—. Además... —se mantuvo en silencio por un tiempo, avergonzado—. Quiero pasar más tiempo con mi familia... y también contigo. Y me gustaría salir con tus estudiantes, ya sabes, como cuando fuimos al karaoke.
—Claro, podemos hacer lo que quieras —Satoru mantuvo su sonrisa y siguió con la mirada en el pelirrojo, no se burló de él, no estaba de humor y tampoco quería lidiar con un avergonzado y enojado Yuu. Prefería pensar en que actividades podrían hacer una vez que estuviera de vacaciones.
Antes de que se fuera, Gojo se acercó a Fukushima y se paró frente a él e impidiendo que siguiera su paso. Apoyó ambas manos sobre sus hombros y se inclinó hacía él.
—Últimamente pareces harto de tu trabajo, tienes dinero de sobra, puedes renunciar —el pelirrojo levantó una de sus cejas al escuchar a Satoru, no pensaba que eso fuera la mejor solución.
