Recuerdos

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La lluvia azotaba ciudad palida, desde el comienzo de este infierno la lluvia parecía jamás cesar, el sol había desaparecido por completo y sus rayos de luz jamás penetraban la gran metrópolis, de ahí su apodo de "ciudad palida". La completa oscuridad y la lluvia eterna parecía ser lo normal en la ciudad, sin ningún aviso de ceder, todo culpa de la gran torre de señales en el centro de está, desde que apareció ahí ya nada volvió a ser como antes. Aunque ya había pasado mucho tiempo desde ese día, lo que alguna vez fue un lugar habitado por gente normal llena de vida y sueños, ya no era más que la sombra de lo que alguna vez fue.

En el presente, una friolenta Six se encontraba en el pequeño "refugio" en el cual ella y su compañero Mono se habían resguardado de la incesante lluvia. Ella vio como poco a poco Mono se iba, una parte de ella quería acompañarlo, pero el fue muy insistente en que ella se quedará para recuperarse un poco y que se le pasará el frío. Incluso le había dejado su abrigo para que no sufriera tanto, arriesgándose el mismo a enfermarse, a veces ella se preguntaba porque la había salvado del cazador? Simplemente podría haber seguido su camino, pero no lo hizo, la salvó y la acompaño en todo momento, cuidando de ella como si de un guardián se tratara. Podría cuidarse sola, ella era fuerte, inteligente y haría lo que sea para sobrevivir, pero Mono a veces la cuidaba en exceso, eso le alegraba un poco, el chico se preocupaba por ella, pero también la hacia sentir como una carga, ella era útil, más de lo el pensaba.
El ruido de la lluvia chocando contra el gran trozo de metal que la resguardaba de la lluvia la relajaba bastante, al principio parecía algo molesto, pero ahora le producía una sensación de relajo bastante buena. Poco a poco Six iba cayendo lentamente a los brazos de Morfeo, dejándose llevar por el ruido de la lluvia, se abrazo a si misma con fuerza para aumentar su calor corporal mientras que cerraba sus ojos para dejarse llevar al mundo de los sueños. Pocas veces sentía que podría dormir tranquilamente, el mundo se había vuelto tan hostil que dormir podía ser un error fatal, quedando a merced de los peligros que azotaban al mundo, pero por este momento, este único momento, ella de verdad se sentía tranquila, en paz, ignorando todo posible peligro. Six cayó en un profundo sueño, tan profundo que había empezado a soñar, pero más que un sueño parecía un lejano recuerdo, un recuerdo de todo lo que vivió antes de encontrarse con Mono...

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Desde que Six tenía memoria, lo único que había hecho toda su vida fue huir y escapar de todos los peligros que la acechaban día tras día, sintiéndose como una simple presa a merced de sus depredadores, que buscaban cazarla constantemente.
Ella se siempre se preguntaba cómo era posible que ella y los demás niños debieran sufrir de esa forma, que era lo que habían hecho? Había alguna razón para que ellos merecieran eso?

Es injusto...

Porque debemos pasar por esto?

Solo somos niños...

En uno de sus tantos escapes, Six fue a parar a un lugar conocido como El nido, una gran mansión ubicada en lo alto de un risco que brota junto a lo más inmenso del mar, el sitio era horrible, decenas de niños encerrados en jaulas, a la espera de pasar a manos de El Artesano, un siniestro monstruo que se encarga de convertir a los niños en muñecos.
Si por casualidad lograbas escapar deberías eludir al Mayordomo un monstruo el cual contaba con poderes psíquicos, capaz de arrojarte cualquier objeto encima acabando con tu vida en un instante y por último la peor de todos ellos la Pretendiente, una niña muy mimada a la cual estos dos monstruos servían, con el único propósito de darle lo que ella quería cuando ella lo pidiera, de no ser así acabarían muertos, ya que ella poseía el poder de absorber a cualquiera que tocará.

Six logro escapar de su cautiverio, paso días y noches escapando y escondiéndose de esos monstruos, escondiéndose entre las paredes, la ventilación, en las grietas junto con los pequeños nomos, pero por más que lo logrará no tenía a dónde ir... Estaba atrapada, sin escapatoria, solo un descuido haría que todo su largo intento de supervivencia fuera en vano.
Todo era lo mismo, escapar y esconderse, como si su vida solo fuera eso. Hasta que un día Six se encontró con ella...

Never AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora