Capítulo 3.

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Wei WuXian caminó junto a Jiang Cheng, escuchando atentamente las palabras de Huaisang, él estaba bastante emocionado con el anuncio que fue dado el lunes de esa semana  en la mañana e informaba que cada viernes de la semana habría algún evento preparado por los alumnos que conformaban el consejo estudiantil y que cualquier alumno que quisiera ir, podría hacerlo. O también podrian retomar sus clases a como lo hacían con normalidad.

Pero ninguno de ellos quería eso. Las clases eran aburridas y tediosas, y nada era mejor que cuchichear sobre algo que podría ser mejor que eso.

Era la primera vez que se realizaba un evento como ese. A los profesores en realidad no les importaba nada más que dejar tareas para un dia en especifico y llamar a los padres para dar quejas en caso de no cumplir con un ensayo de veinte hojas para el día siguiente. El que Lan Huan intentará algo como eso era muy inusual al igual que el que haya obtenido en permiso del director del instituto sin mucho esfuerzo. Lo mejor de eso era que el "evento" se podría volver una rutina.

Según los rumores, Lan Xichen tenia muy buenas ideas en mente y no se esperaba menos de uno de los dos jades.

— ¿Qué creen que hayan preparado para hoy? ¿Serán preguntas? ¿Participaciones voluntarias u obligatorias? ¿Serán concursos de química, matemáticas, filosofía, medicina? — cada una de las facciones de WuXian se contrajeron en disgusto al escucharlo. Él odiaba las matemáticas, la química, medicina y sobretodo la filosofía. Ninguna de esas materias era su fuerte

— Shh, deja de decir esas cosas. Si me preguntan voy a desmayarme. Ni siquiera recuerdo cómo dividir, Huaisang.

Wei WuXian suspiró en derrota.

Le había costado demasiado sobrevivir en las clases de matemáticas y química como para tener que lidiar con unos estudiantes que aunque tenían una buena intención, sólo lo obligarían a estresarse demás.

Si Huaisang tenía razón con suz comentarios y constaba de preguntas y exámenes, algo que en realidad no era muy diferente a lo que hacían a diario, podía considerarse hombre muerto y sin dignidad.

— Estoy asustado. — Susurró con una expresión exagerada, haciendo un puchero y lamentos horribles que eran dolorosos de escuchar se producieron desde su garganta.

— Todo estará bien, XianXian. Podemos sentarnos hasta el final y así nadie notará nuestra presencia. — Huaisang le ofreció una sonrisa entusiasta para aligerar el ambiente.

— ¿Estás seguro de que nadie podrá vernos si estamos al final de las filas? — El menor asintió.

— Normalmente eso es lo que hago cuando no quiero que me vean en eventos parecidos, siempre me funciona.

— Lo intenté una vez y no sirvió.

Oh, Jiang Cheng y su optimismo definitivamente serían de gran apoyo para un tembloroso, nervioso y casi histérico Wei WuXian que olvidaba hasta su nombre.







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Sus orbes dorados recorrían las líneas del libro de literatura. Sus piernas se encontraban cruzadas y su espalda perfectamente recostada contra el respaldo de la silla de plástico con una delgada almohada café. Cuando la puerta de abrió y la silueta de su hermano ocupó su campo de visión, Lan WangJi se puso de pie de inmediato para comenzar a caminar junto a él.

El proyecto del que Xichen le había hablado obtuvo la aprobación y felicitaciones del director del instituto. Parecía poder ofrecer resultados prometedores entre los alumnos y la idea no le había disgustado en absoluto. Aunque fue un poco difícil convencer a todos los profesores, WangJi se había tomado el atrevimiento de persuadir cuando su hermano se lo pidió y con ayuda de otros miembros del concejo estudiantil obtuvieron el permiso.

Los dos jadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora