De inmediato me arrepentí de mis palabras y cerré la boca. Pero Derek me clavo los ojos y sentí su furia subir aun más.
- ¿Qué quieres decir ___? ¿Por qué te arruino la vida?
- No… no quería decir eso. Es solo que… Ella es Leah.
- Ella… Tu eres –se giro de golpe a verla- Mía, ¿eres Leah?
Ella no dijo nada, solo apretó los labios y susurro:
- Creí que éramos amigas –sonrió- ¿Qué tal tus fotos?
En un nanosegundo ya estaba sobre Leah, después de sacar mi odio a bofetadas Derek me halo y me quito de encima. No la soportaba. No tenía vergüenza. Con la rabia aun latente, me eche a andar lejos de ellos, no quería seguir viéndola.
Cinco, diez y hasta veinte minutos de andar caminando llegue a una parada de autobuses. A lo lejos vi el auto de Derek, pero me escabullí en el primer autobús que se detuvo. No tenía humor para sus preguntas.
Con la cabeza recargada a la ventanilla, observe que llegamos cerca de la casa de Jane, sin dudarlo baje del autobús y camine hacia ella, toque la puerta por algunos minutos, al ver que nadie se molestaba en abrir, era porque seguramente no se encontraba. Así que me eche a andar.
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Mi madre me llamo para desayunar, me coloque mi bata y baje. Paul no estaba en la mesa como acostumbraba.
- Buenos días mamá… ¿Y Paul?
- Oh cariño, pues ya ha encontrado empleo, otra vez –murmuro contenta.
- ¿Enserio? ¿En dónde?
La sonrisa de oreja a oreja de mi madre fue desapareciendo poco a poco. ¿Ahora qué pasa?
- Amor… Justin lo ha llamado, le pedio sus servicios otra vez.
¿QUÉEEEEEEEE? ¿JUSTIN? ¿Esta aquí otra vez?
- Mamá, no, es que esto no puede ser. Primero lo echa, y ahora le pide que vuelva ¿Cuál es su problema?
- No lo sé ___, pero Paul no podía negarse. Nos casaremos en siete meses y aun no tenemos nada planeado…
- Pero… ¿El esta aquí?
Sara solo asintió, y una chispa de felicidad alumbro mi corazón. El timbre se escucho, mi madre se ofreció a atenderla, yo comencé a desayunar, un plato de cereal con leche, no tenía mucho apetito.
- ___ -escuche que me gritaron.
Me gire para ver a Derek, pero con total indiferencia seguí comiendo mi cereal. Camino hasta donde me encontraba.
“Seguro que con esos pasos dejaría huella”
-Me he pasado la noche preocupado por ti, tu móvil estaba apagado, he venido aquí y no estabas. ¿Qué es lo que pasa contigo? –Vocifero- ¿No contestaras?
- ¿De dónde la conoces? –refunfuñe.
- Nos conocimos en Londres, fue casual, pero la veía muy seguido en el teatro. Así que nos hicimos buenos amigos, solo eso…
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Un tiempo estuve molesta con Derek, pero sabía bien que él no tenía culpa de que esa tipa lo haya engañado. Después de una semana entera de estar peleando por tonterías, me llevo a cenar con sus padres, eran increíbles, y ahí terminaron las pelas, hicimos el amor mientras nos susurrábamos cosas bonitas. Algo increíble.
Tres semanas más tarde, me conto que estaba trabajando en una agencia de automóviles, iba comenzando, pero él era un sabiondo del comercio así que seguramente le iría muy bien. Paul no hablaba respecto a su trabajo y sobre todo de Justin, lo cual agradecía, lo notaba muy emocionado por la boda, igual que a mi madre.
Y yo, había conseguido empleo en una boutique de prestigio, vender era lo mío. Mientras caminaba hacia la misma con mi auriculares en mis oídos, entre al Starbucks, tome asiento mientras esperaba mi orden, solo veía por la ventana a la gente pasar. Todo iba bien hasta que el mismo auto negro y cristales blindados se detuvo fuera del negocio, la puerta trasera se abrió y Justin salió de ella, le extendió su mano a una chica para que igual saliera del mismo, era hermosa, pelo castaño y corto, ojos de color y cuerpo escultural.
Sentí un retorcijón en el estomago, ver como poso su mano en sus caderas y entraron al lugar como una pareja de tortolitos, me enfermaba. Incline mi cabeza para evitar que ellos me vieran, pero no lo conseguí, Justin se giro a verme y sonrió.
¿Qué? ¿No encuentro algo gracioso aquí? Cínico.
