CAPITULO XXI

204 7 0
                                    

Paso una mano por mi pelo y beso mi frente. Su mirada era tierna y vidriosa. Joder. Odiaba tanto hacer esto, pero era lo correcto. No podía seguir engañándolo, ni seguir engañándome.
- No te preocupes preciosa –sonrió- El error fue mío.
- No, sin duda la única que se equivoco fui yo –chille.
Me aferre a sus brazos.
- Tengo que irme –me aparto poco a poco. Asentí.
Tomo sus maletas y camino hacia la puerta principal. Se giro para verme antes y solo me sonrió, era una sonrisa triste.
"Como no puede serlo, si la has cagado" gritaron mis adentros.
- Perdón –solloce.
El solo movió su cabeza en forma de negación, se agacho por las maletas y camino fuera del departamento. Desapareció entre los pasillos. Me sentía la peor persona del mundo. Pero no podía negar este maldito amor, no podía seguir ocultándoselo al mundo. Lo amaba y eso nada, ni nadie lo iba a cambiar.
Unos segundos más tarde lo vi girar por el pasillo a él, podía ver la alegría en su rostro a pesar de que trataba de aparentar estar serio. Cuando llego hasta mí, me tomo por las cinturas y me apego a él. Descanse mi cabeza en su pecho y sentí su respiración en mi oído.
- Te amo –susurro.
Esa palabra hizo que mi corazón se acelerara.


- Despierta dormilona –sentí un susurro en mi oído.


Abrí los ojos y vi de quien se trataba, mi esposo estaba sobre mí con esa maldita sonrisa que me volvía loca.


Ese sueño me había sacado una lágrima inconscientemente, y como no, lo mejor de ahora es que ya han pasado casi dos años de todo ese rollo, muchísimas cosas han cambiado y creo que merecen saber un poco.


Derek se ha enamorado y no de cualquier persona, si no nada más y nada menos que de Leah, que por cierto estuvo en terapia algún tiempo, pero claro que salió adelante, se dio cuenta que lo suyo no era más que una obsesión. Y al encontrarse con Derek un día que charlábamos sobre todo lo que paso, recién se vieron y hubo una chispa. Comenzaron a salir y ahora andan vagando por algunas ciudades en Canadá.

Mi madre se ha casado con Paul, y son una pareja encantadora, parecen dos adolescentes, siempre están de arriba abajo, van al parque de diversiones, excursiones y todo lo que una pareja puede hacer para pasar el rato. Me siento muy feliz por ellos.


Jane, mi amiga, después de tantos problemas que tuvo con Jake se dio cuenta de que en verdad no pueden vivir uno separado del otro, se han ido a vivir juntos y ahora una personita más viene en camino. Es hermoso.

Y yo, hace cuatro meses que me he casado, vivo en una casa en las afueras de Los Ángeles, y realmente estoy muy feliz, Justin hasta ahora me ha demostrado que todo lo d ha quedado en el pasado. Lo que nos importa ahora es nuestro presente, este en el que no ha hecho nada más que darme las mayores alegrías, y una de ellas es a Georgie, mi pequeña bebé. Hace solo unas semanas que la conozco y ya siento que la ame desde toda la vida. Muchas veces me vienen a la cabeza recuerdos muy desagradables, pero cuando veo como mi niña crece cada día, Justin trabaja por darnos todo y mi madre nos consiente como si fuéramos ambas unas bebes, bueno Georgie si lo es, y yo, para ella también lo soy.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? –pregunto preocupado.

- No es nada –moví la cabeza- Solo, un sueño...

- ¿Qué clase de sueño?

Le conté que es lo que había soñado, y no se quedo más tranquilo. Pero por lo menos ahora ninguno de los dos s guardaba nada para sí mismo, y eso es lo que más me gustaba de esta relación.

- ¿Y Georgie?

- Acaba de dormirse –sonrió- Así que no se tu, pero tenemos un tiempo libre antes de irme a trabajar, no se... Si te apetezca hacer algo...

- ¿Cómo qué? –dije inocentemente.

- Como follar con tu esposo en la regadera...

Tardo mas en decir eso que en lo que ambos ya nos encontrábamos bajo el agua, besándonos, acariciándonos, amándonos. Me apretaba el culo con sus grandes manos haciendo que mis caderas presionaran su erección. Nuestros latidos aumentaban su ritmo mientras el ambiente se acaloraba.

Deslizo una de sus manos a mi sexo, con solo un roce me sentía en la gloria, movió sus gruesos dedos dentro y fuera de él, estimulando cada parte de mi cuerpo, haciendo que mis piernas flaquearan por tremenda sensación. Sus ojos en ningún momento se apartaron de los míos.

- Hay muchas formas de demostrarte que te amo, pero esta... Es una de mis favoritas –susurro con la voz ronca.

Me dio la vuelta para quedar de espaldas contra él, me incline y rápidamente me embistió, fuerte, duro, como a él y a mí nos gustaba. A nuestra manera. Abrazo mis pechos con sus manos mientras seguía embistiéndome, mis pezones no podían estar más duros. Mi sexo más dispuesto a todo con él.

- Te amo ___ -volvió a susurrar y sentí un sollozo cuando lo hizo- No sabes cuánto miedo tendría si no estuvieras conmigo, te amo de tal manera que odio estar lejos de ti.

- Te amo... Justin –arrastre las palabras- Y no por todo lo que paso alguien va a poder cambiar todo esto...



"No estar a la altura"/2da temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora