Me encontraba parada frente a su puerta, ya varias veces había llamado pero nadie atendía. ¿Dónde Diablos estaba? El sabia que vendría. Dispuesta a marcharme me di la vuelta, justo en ese momento Derek abrió. Me sonrió y recorrió mi cuerpo con sus ojos, creo que noto mi inigualable atuendo que consistía en unos jeans ajustados, abrigo de lana y botas para lluvia. Se había dicho que vendría una tormenta así que quise prevenir, aparte no quiero que sea algo formal. Mientras el portaba unos pantalones grises de vestir y camisa de lino azulada.
Sin importarle me invito a pasar, tomamos asiento en la sala de estar que estaba decorada con algunas velas y dos copas de vino blanco al centro. Claro esto hacia que cada vez me sintiera peor, el con estos detallazos y yo le pagare con un "Lo siento, no te amo". Estaba tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera me percate en que momento acerco sus labios a los míos y planto un tierno beso que cada vez subía de intensidad. Me aparte.
- Hey ¿Qué te pasa amor? –pregunto buscando mi rostro.
- Derek, eh, no sé cómo decirte esto...
- Solo dilo, preciosa –comento de la manera más dulce y serena que se puedan imaginar.
¿Por qué no podía hacerme esto más fácil siendo menos dulce y amoroso? Digo, si fuese un poco más patán esto no se me complicaría demasiado.
- Bien, lo que pasa es que... Tu eres un tipazo, pero, no puedes obligar al corazón a amar. Y te juro que si pudiese obligarme a hacerlo lo haría porque tu te has portado de lo más lino conmigo y yo...
- Y tu amas a Justin ¿no? El es el problema, o más bien, yo lo soy –dio una pausa- Creo que no me he portado como un imbécil como él, ni te he humillado lo suficiente, tampoco te abandone cuando más me necesitabas ni te avergoncé, desprecie y por supuesto... Yo te amo como el no lo hizo en algún momento. Ese es el puto problema ___.
Sus palabras me hicieron caer del sueño que mi inconsciente estaba creando, una vida plena al lado del hombre que amo y me ama, una vida ya sin complicaciones, sin lamentos ni prejuicios. Lástima. El pasado me persigue y no me dejaba en paz, mucho menos si todas las personas se encargaban de recordármelo a cada minuto. ¿Acaso yo no estaba destinada a ser feliz? A por primera vez en la vida conseguir lo que quiere sin temor a que alguien más me lo arrebate.
- ¿Cuándo se vieron? –pregunto en un tono atemorizante.
- Derek yo... -lloriquee.
- ¡No llores ___! Solo dime cuando se vieron –vocifero.
- Hey, espera guapo, se que estas enojado y claro que estás en tu derecho pero no me hables así. Dices que él hizo conmigo lo que quiso y te aseguro que yo me encargare de que eso no vuelva a pasar. –exclame molesta- El otro día llego cayéndose de borracho a mi casa, Paul iba con él, así que ahí paso la noche, y...
- ¿Tuvieron sexo?-dijo haciéndolo sonar más como una afirmación que como pregunta.
- ¡No! Por el momento creo que me vería como una verdadera sínica si le decía la verdad respecto a lo que paso aquella noche. Una mentira más lo sé.
- Solamente charlamos... El punto es que yo no puedo engañarte Derek. Cualquier chica daría lo que sea por estar contigo, mereces a una mujer como tú, bondadosa, tierna, detallista y sobre todo que te ame tanto como tú a ella. Y yo no puedo ser esa mujer...
Vi como puso sus codos y hundió su cabeza entre sus manos. Era una persona terrible. Una lagrima cayó en el suelo y no pude evitar llorar, e acerque a él y lo abrace por lo hombros.
- Fui un idiota –susurro- En algún momento creí que podrías enamorarte de mi...
- Derek, no eres un idiota, yo soy la que se equivoco, pensé que estando contigo podría olvidar a Justin pero no fue así...
Se levanto del sofá y seco las lagrimas que escurrían por sus mejillas, sus ojos rojos al igual que sus mejillas. Dio la vuelta y murmuro a lo bajo:
- Vete ___. Espero que seas muy feliz...
- Por favor, no quiero que esto termine así, espera –lo detuve del brazo.
- Pero así terminara ___. Ahora lárgate de aquí, anda, ve y haz lo que quieras con el "amor de tu vida". Ya sabes que si terminan yo estaré aquí, lo malo es que para ese momento habré echado a la basura todo este amor que siento por ti.
Fueron sus últimas palabras antes de seguir adelante y entrar a una habitación.