Sentí mi corazón latiendo en mi boca, y mis ojos se llenaron de lágrimas. Joder. ¿Ahora qué mierda quería? Yo misma me había encargado de recordarle miles de veces que lo nuestro no podía seguir. Era enfermizo. Todo comenzó por simple calentura, no por… amor.
La impotencia de no poder decirle que a pesar de todo aun lo extrañaba se apodero de mí. Lo único que pude hacer es darme la vuelta para limpiar mi rostro. Me faltaban fuerzas para poder decir algo al respecto, el tenerlo frente a frente nuevamente me hacía sentir como una pequeña asustada. Derek al verme así, se coloco frente a él para impedirle la entrada que poco a poco estaba consiguiendo.
- ¿Qué mierda hacer aquí Bieber? –vocifero.
No lo escuche responder. Cuando me gire hacia el nuevamente, no aparto sus ojos de los míos, podría jurar que ambos estábamos a punto de tirarnos en el llanto. Pero ninguno cedió a ello. Sin embargo, solo nos quedamos hechizados con la mirada del otro. Después de algunos segundos, por fin me di el valor para hablar:
- No deberías estar aquí… ¿A qué has venido? –murmure con un hilo de voz.
- Te dije que no estaba dispuesto a dejarte ir otra vez…
- Es muy tarde para eso –escupió Derek dándole un golpecito en el pecho.
Ninguno de los dos aparto los ojos del otro, con solo verlo mi respiración se aceleraba. Maldito, odiaba el poder que tenia sobre mí.
- Debes irte –susurre entrecortadamente.
- No, no lo hare –aparto de un manotazo el brazo de Derek y se abalanzo contra mí, envolviéndome en sus fuertes brazos. Esos que hacían que me sintiera segura.
Solloce cuando lo sentí, rodeándome completamente. Por mucho que amara la sensación, lo aparte de mi, igual Derek lo halo del antebrazo y me tomo de la mano poniéndome a sus espaldas.
- Sera mejor que lo hagas –rugió Derek- O llamare a la policía –fueron sus últimas palabras.
Su cara se veía roja de ira, en cambio la de Justin, se veía pálida… triste. El agacho la mirada y aun lo alcance a escuchar que susurro “No dejare de luchar”. Se dio la vuelta y se perdió entre los pasillos.
Tenía tantas ganas de gritarle “Vuelve”, pero bien sabía que no era lo correcto. Derek lo era. Y así debía seguir. Por mucho que lo amara, esto jamás cambiaria, el seguía encaprichado y algún día solo me botaría como a cualquiera.
Derek cerró la puerta de golpe, haciéndome saltar del susto.
- ¡Quien se cree aquel cabrón! –exclamo pasándose las manos por el pelo- Si que es un imbécil, mira que venir solo a causarnos problemas…
Yo no dije nada, solo camine hacia la habitación y recosté en la pequeña cama, al instante entro Derek con una cara de preocupación.
- ¿Estás bien? –me susurro mientras se colocaba justo al lado mío. Asentí. – Te quiero ___ ¿lo sabes?
Joder. Este increíble chico me quiere en verdad. ¿Por qué no puedo corresponder? ¿Acaso sufriré de masoquismo? Solo una idiota podría seguía amando a un tipo que te dejo cuando más lo necesitabas.
- Si –sonreí- Lo sé.
Es lo único que mi boca pudo pronunciar. Poco a poco Derek fue acercando sus labios a los míos hasta unirlos completamente. Bien. Ya, de alguna manera tenía que olvidarme de Justin. Y creo que esta podría ser buena.
Seguí su ritmo hasta que nuestras lenguas se encontraban danzando una con la otra, el empezó a besar mis mejillas, bajando por mi cuello y mi clavícula.
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Perdón por tardar tanto en actualizar, pero ya voy a salir del cole y pues los profes se cargan más en los exámenes. No se apuren ya vendrán capítulos más largos, de verdad. Las amo.
