Capítulo 10. El Inicio del Juego

4.5K 458 141
                                    

En el capítulo anterior

El doctor vio al pecoso y se sentó a su lado...

- Izuku... Estas embarazado.

***

Narra Izuku

Por instinto, al escuchar esas palabras lleve una mano a mi estómago, sentía que todo a mi alrededor se quedó en blanco las voces, la rabieta de Kacchan todo se fue apagando, según el doctor tenía ya un mes de embarazo, es por eso por lo que mi cuerpo rechazaba las feromonas de otros alfas, es por eso por lo que los ataques de ansiedad, ahora comprendía lo raro que se me hizo que mi celo este mes no llegara es por eso ...

- Oye Izu-chan no crees que estas comiendo demasiado

Las palabras de Toga resonaban en mi cabeza, todo tenía sentido, los mareos, el malestar estomacal y el repentino aumento de apetito, ¿pero como?... ¿las píldoras no funcionaron?, como es posible eso... me perdí en mis pensamientos, pero las palabras del doctor me sacaron de ese mundo.

- Izuku, que es lo que quieres hacer – el doctor me vio con algo de compasión, pero vamos la farsa que había creado con esto se estaba viniendo abajo

- Claro que no lo tendrá, esa cosa es de un villano – mi madre agarro por los hombros al doctor mientras lloraba desconsoladamente.

- Doctor la madre del Joven tiene razón, no puede tenerlo ... - All Might abrazo a mi madre mientras que le daba la razón junto a Kacchan, voltee a ver a Aizawa que no opino y simplemente me puso una mano en el hombro, en forma de apoyo.

¿Qué se supone que tenía que hacer?, ¿Dónde quedaba mi opinión al respecto?, pero esto cambiaba el curso de toda la farsa que cree, se supone que estoy herido por lo que me hicieron, y que los odio por haberme raptado y torturado, pero eso solo era una mentira, amo a Shigaraki... en una situación normal esto sería como un sueño, poder tener al hijo del amor de mi vida, pero...

- Quiero hablar con Midoriya a solas – dijo Aizawa, todos se veían confundidos, pero accedieron, cuando todos salieron me paso un pañuelo para limpiarme las lágrimas, esta vez no fingía mis lagrimas eran genuinas, no sabía que hacer, y tampoco quería tirar a mi hijo por la borda.

- Sea cual sea tu decisión yo te apoyare, si lo quieres tener yo te apoyare, pero si no igual te apoyare, tú eres el dueño de tu cuerpo, no dejes que decidan por ti – lo voltee a ver, de todas las personas jamás me imagine que el me apoyaría, incluso mi madre que dijo apoyarme no lo estaba haciendo.

Narrador

- Porque me apoya – el pecoso se acarició su vientre, mientras que Aizawa solo veía la ventana después de un rato decidió hablar.

- Porque ya estuve en tu lugar, solo que a mí no me raptaron – El pecoso abrió sus ojos por la sorpresa

– Hace tiempo atrás conocí a un alfa, bastante apuesto y tenía su encanto, el me cortejo y yo caí a sus pies, después de dos años de relación yo me entere que era un villano, yo estaba en mi último año de la academia, cuando nos pidieron hacer un operativo lo que no me esperaba era que el líder de la organización era él, me sentí traicionado, pero lo amaba demasiado que no quería dejarlo, no me importo que el fuera un villano, el día del operativo, él estaba más que lastimado yo no lo soporte y corrí hacia el para salvarlo, los dos fuimos a prisión, yo preferí mil veces irme preso con él, porque lo amaba, el día que nos aprisionaron lo último que alcanzo a decirme fue que tenía un futuro prometedor y que él no quería sentirse culpable de haber destruido mi futuro – el pecoso bajo su mirada, a la vez comprendía el dolor de su profesor

- No entendí esas palabras, hasta el día del interrogatorio, él tenía el quirk de lavado de cerebro y uso eso para decir que me había lavado el cerebro y que todo lo que yo decía era gracias a su don, hay comprendí que el en verdad me amaba y que haría todo lo que fuera por mí, yo negué lo dicho pero el insistió y le creyeron, dijeron que estaba bajo el control de su don y que todo lo que decía era por lo que me había dicho y que el solo me había utilizado para sacar información y satisfacerse, pero yo sabía que eso no era verdad, pedí verlo una última vez, y lo único que me dijo fue que era su héroe favorito y que fuera por buen camino, a los tres días de mi visita, lo ejecutaron en la silla eléctrica por sus crímenes – A Aizawa se le cristalizaron los ojos hasta que por fin dejo caer sus lágrimas empapando sus mejillas

Síndrome de Estocolmo "shigadeku"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora