PRÓLOGO

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Si Daerhys tuviera que describir su mente en una sola palabra sería 'palanca' y es que a lo largo de su vida todas las actividades que realizaba podían ser descritas con 'obsesión y desinterés'.

Si bien Daerhys no era la chica más inteligente, su obsesión por cumplir con sus tareas académicas a la perfección lograba que fuera una de las estudiantes destacadas de Hogwarts.
Pero su suerte en lo académico se compensaba con su fracaso en otras áreas.

Daerhys no podía mantener el interés por ningún pasatiempo, intentó de todo, desde practicar quidditch hasta deportes muggles. Cada vez que comenzaba un pasatiempo, sentía una obsesión por este, pero no le duraba más de una semana y se desinteresaba totalmente.

Lo peor de todo es que esa secuencia de obsesión-desinterés no solo se limitaba a los pasatiempos, incluso le pasaba con los chicos. Cada vez que veía un chico que le gustase, pasaba una semana y ya se había olvidado de su existencia.

Por eso, cuando Daerhys conoció a James Potter ya no podía despegarse de él, es que parecía que James lograba resetear su mente, porque cada vez que lo veía, la palanca de obsesión-desinterés desaparecía.

Y en su mente solo quedaba un botón gigante que decía AMOR.

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