Fuck You

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Daerhys llevaba más de dos horas alternando la mirada entre la ventana de la biblioteca y el anillo que James le había entregado la semana anterior. Estaba algo confundida y sentía que a medida que se acercaba más a James esa confusión en sus sentimientos era peor. Por lo que su plan era alejarse un poco de él esperando que cualquier sentimiento fuera de lugar se extinga.

Pero como siempre, el destino no estaba de su lado. Binns los había emparejado para presentar un pergamino conjunto para la siguiente semana, por lo que Daerhys tuvo que citar a James en la biblioteca. 

Ella ya estaba algo enfadada, habían pasado dos horas y James aún no aparecía, si había algo que le sacaba de quicio era desperdiciar su tiempo.

Una hora más pasó cuando James apareció corriendo por la puerta de la biblioteca con una sonrisa de idiota, mientras Daerhys tenía una expresión para nada amable.

— ¿Dónde demonios estabas? Llevo acá tres horas esperándote James, más vale que tengas una buena excusa — dijo la chica conteniendo su enfado.

James intentó recuperar el aliento — ¡No vas a creer lo que pasó hoy! — dijo él con emoción — iba por el pasillo, cuando Lily se acercó a mí para disculparse por las cosas que me gritó — la expresión de Daerhys pasó de el enfado a la inexpresividad — Yo le dije que la disculpaba y luego me invitó a pasar la tarde con ella en el lago, fue hermoso, creo ha sido el mejor día de este mes, hablamos de tantas cosas, ¿No es genial Dae? — dijo el chico rebosante de alegría sin percatarse de la cara de la chica frente suyo.

Daerhys empezó a hablar de manera inexpresiva — ¿Entonces me estás diciendo que he estado aquí como una idiota esperándote tres horas mientras tú tenías tu cita perfecta con Evans? — a medida que seguía hablando ella elevaba el tono de su voz — ¿Me estás diciendo que te importo tan poco como para desperdiciar mi tiempo y dejarme plantada solo porque Evans decidió ser cordial contigo un día? ¿Un mísero día? Cambias cualquier cosa o persona por solo un poco de atención de ella. — algo de amargura se notaba en su tono de voz — Bueno, felicidades James, espero que pasaras una buena tarde — dijo mientras guardaba las cosas del escritorio en su mochila.

La expresión de James había cambiado, ahora estaba algo avergonzado por haberse olvidado de su amiga — Dae, lo siento de verdad, me emocioné y olvide todo; tienes razón, pero no volverá a pasar, perdóname por favor — dijo con la esperanza de que se le pasará el enojo a ella.

Pero eso era falso, siempre sucedía que James terminara ignorando a Daerhys por tener la plena atención de Lily. Daerhys guardaba algo de resentimiento a James por el episodio de la enfermería, hasta ahora él ni se molestó en preguntar por qué su amiga había desaparecido todo un día, y eso era porque no lo había notado.

Daerhys dejó pasar ese incidente, pero esta vez estaba realmente enfadada, así que solo ignoró cualquier súplica de James y le dijo antes de irse — ¡Jódete Potter! Termina el trabajo solo, no pienso desperdiciar mi tiempo contigo. No necesito amigos que te cambian por la primera chica que vean al frente suyo. — y comenzó a alejarse de él mientras este la seguía.

— Pero Dae ¡No es cualquier chica! ¡Es Evans! — dijo James creyendo que diciendo eso lograría aplacar el enfado de Daerhys.

— ¡Oh! ¿Y se supone que eso debe importarme? — dijo Daerhys ya al borde de mandarlo a la mierda — ¡Estoy harta James Potter! Harta de ti y de tu estúpida obsesión con ella — gritó en medio del pasillo.

Daerhys estaba explotando, iba a soltar todo el resentimiento que su subconsciente guardaba. James estaba confundido y comenzaba a enfadarse, no podía entender el porqué su amiga reaccionaba de esa manera.

— ¿No puedes estar feliz por mi? — dijo James mirándola — Solo fue un error Dae, se que no debí dejarte esperándome; pero no puedes tratarme así. Sé que me quieres tanto como yo te quiero. No puedes estar harta de mi — dijo intentando tomar la mano de ella sin lograrlo porque ella alejó su mano rápidamente.

— ¿Siquiera te preocupas por mi James? ¿Te importo algo aunque sea? — dijo Daerhys con cansancio.

— ¿Cómo me puedes preguntar eso? Claro que me importas, eres mi mejor amiga — dijo James intentando acercarse sin lograrlo, porque cada vez que daba un paso adelante, Daerhys se alejaba.

— ¿Y porque no viniste a verme? ¿Porque siempre que te necesito nunca puedes estar para mí? Oh cierto, no necesitas responder. Es por Evans, siempre es por ella. Cualquiera de tus amigos puede estar muriendo, pero si ella te dice que quiere estar contigo un momento quedas totalmente cegado ¿no es verdad? — dijo directamente ella

James para este punto ya estaba enojado — Realmente no entiendo esta rabieta Daerhys, nunca te habías quejado de nuestra amistad antes ¡Nunca dices como te sientes al respecto! — dijo con enfado

— ¿Crees que es una rabieta sin sentido? — dijo Daerhys gritando — ¡Estuve en la enfermería hace poco! ¡Todo el día! ¡Creí que me llevarían a San Mungo y tú nunca apareciste! ¡Me hubiera gustado despedirme al menos, pero ni siquiera te interesó saber lo que tus amigos tenían que contarte porque estabas enfocado en el mundo de Evans! ¡Me pude haber muerto por mi estúpida maldición y no te habría interesado! — dijo Daerhys al borde del llanto — ¡Si no fuera por Remus, Sirius, Yvanka y Aiden probablemente estaría hundida en la tristeza! ¿Y así me llamas tú mejor amiga? — dijo dolorosamente — Pero tienes razón, no debería quejarme, tu no me debes nada, ni tu ni nadie, no es tu obligación preocuparte por mí — dijo.

Cuando James se enteró de su maldición se prometió a sí mismo hacer de todo por qué ella se sintiera a gusto en sus peores días, al menos intentando animarla o distrayéndola, para que no se sintiera tan deprimida. De la misma manera que lo hacía con Remus, quien lidiaba con la licantropía. 

James se sentía fatal. Ni siquiera tenía idea de que día hablaba, estaba tan interesado en Evans que no recordaba la desaparición de Daerhys, no sabía al respecto, no sabía que le dió otra crisis. Pero se imaginaba lo mal que la debió pasar su amiga, peor aún cuando él, su mayor soporte ante la enfermedad, no apareció, ni siquiera dijo nada al respecto. Había fallado en su promesa.

— Daerhys yo…… — James intentaba encontrar las palabras para disculparse, era la segunda vez que dejaba plantada a su amiga por distraerse con Lily, y más allá de eso, la había dejado sola en un momento crítico.

Daerhys sentía como la energía la abandonaba, el maleficio hacía efecto nuevamente, pero no dejaría que el idiota de James la viera mal.

— No digas nada, no quiero escucharte ni verte en este momento. — dijo ella fríamente, tampoco es que pudiera atinar a alejarse en ese momento, su energía le fallaba — ¡Vete! — gritó con la fuerza que le quedaba, realmente no quería que la viera mal, pero su cuerpo le falló.

James alcanzó a agarrarla antes de que chocara al suelo, Daerhys terminó desvaneciéndose en los brazos de James.

Era difícil determinar quién de los dos se sentía peor, si Daerhys por la decepción de empezar a ver las áreas grises de la personalidad de James. O si James por haberle causado otro colapso a su mejor amiga.

Mientras la cargaba a la enfermería, James observaba como ella mantenía el anillo en su mano, y se preguntaba cómo es que pudo proponerle una vida llena de felicidad cuando le causaba tanto daño sin darse cuenta.

Pero las personas suelen hacer promesas que no pueden cumplir

DicotomíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora