𝓝𝓾𝓷𝓬𝓪 𝓙𝓪𝓶𝓪𝓼 // 𝓡𝓪𝔂

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓼𝓮𝓲𝓼

Los seis estaban reunidos en el bosque cerca de el gran muro que separaba la granja de su libertad.

—Las mamás y hermanas tienen un chip implantado en el corazón, manda una señal a la base si una de ellas escapa, y manda una corriente eléctrica que frena el corazón— Emma explicó.

—Sí, Emma y yo encontramos nuestro chip en la oreja, creo que ya les habíamos dicho— Luna habló. Norman asintió y Ray tomó la palabra.

—Estoy armando algo que nos dejará desactivarlo, solo me falta una pieza— explicó.

El tiempo libre acabo, y como todos los días, fueron a su examen semanal, donde Emma, Norman, Luna, Ray, Don y Gilda sacaron los puntajes más altos.

*

Emma llegó a la conclusión de que había un cuarto escondido.

—Mamá siempre desaparece a los ocho, y siempre va o al baño o a su cuarto— explicó.

—Emma tiene razón, debe de haber algo— Luna asintió.

—Pero solo hay una pared— Gilda opinó.

—Entonces debe de haber algo abajo— Ray de unió.

—Hay que explorarlo— Don dijo. —No, hoy no, es demasiado peligroso— Norman dijo.

Así había quedado el trato, pero Don y Gilda lograron robar la llave de mamá. Los niños jugaban las escondidas, y los dos encontraron la oportunidad, y la tomaron.

*

Los cuatro mayores se encontraban en el cuarto de las niñas. Ray llegó al cuarto un poco después, donde los gemelos y Emma se encontraban.

—Luna— llamó Ray. La chica volteó y justo un flash la cegó.

—¡Ray! ¡Casi me dejas ciega!— Luna se quejó, y los otros tres rieron. La foto tomada se imprimió después de unos segundos, y poco a poco la foto fue apareciendo.

Se tomaron fotos hasta acabarse la cajita de 10 cartuchos, y luego Ray empezó a deconstruir la cámara. —Llevo seis años recolectando objetos, y al fin logró acabar esto— dijo satisfecho.

Luna se acercó a el y lo abrazó por la espalda. —Gracias Ray— dijo la chica descansando su cabeza en hombro del azabache. Ray sonrío al sentir el toque de Luna. Sentía su corazón latir más rápido, y un sentimiento raro en la panza.

Unos minutos después, Din y Gilda aparecieron en la puerta. —No nos dijeron la verdad... ¿cierto?— preguntó Don. Hubo un silencio.

—No, no les contamos toda la verdad— Luna admitió.

—Significa que....— Gilda empezó, esperando que su hipótesis esté equivocada, aunque muy en el fondo, sabía que había acertado.

—Si, Conny está muerta— Luna dijo sin suavidad alguna.

Gilda se tapó la boca para ocultar sus sollozos, y Don se acercó a ella, pegándole un puñetazo en el estómago. La chica calló al suelo, sosteniendo su panza y se levantó. Se abalanzó contra Don, y ambos se empezaron a pelear a golpes.

—¡Luna! ¡Don! ¡Paren!— Emma ordenó mientras Gilda lloraba más y Ray y Norman solo veían algo sorprendidos.

Luna y Don cambiaban de posición cuando la fuerza del otro superaba la de uno. Nadie nunca había visto a Luna actuar de esa manera. 

Norman reaccionó y detuvo a su hermana, mientras Ray sostenía a Don. Luna se limpió un poco de sangre que tenía en el labio, y respiraba fuertemente viendo a Don, su cabello plateado algo despeinado, descansando en sus hombros.

—Luna, ¿Estas bien?— preguntó Norman, y la chica asintió.

—No es momento de pelearnos— Emma dijo preocupada, esto podría afectar el plan.

—El qué se lleva de aguanta— Luna respondió con un pequeño "hmp" al final.

*

El día siguiente una parte crucial del plan tomó marcha. Faltaban tres días para la huida, y tenían que acabar de planear.

—Yo estaré hablando con Mamá mientras Norman y Emma van al muro a inspeccionar. Si ven que mamá sale, Luna, Gilda y Don, corran lo más rápido posible hacia Norman y a Emma— Ray dio instrucciones.

El grupo se separó en sus respectivas tareas. Después de unos minutos, Isabella salió de la casa con una sonrisa. Don y Gilda salieron corriendo hacia el bosque, pero Ray ocupaba la mente de Luna.

La chica corrió hacia la casa y subió al cuatro donde se encontraba.

—¡Ray!— llamó.

—¿Luna? Hazte para allá voy a tirar la puerta!— Ray llamó, pero Luna y estaba en el proceso.

La chica tomó vuelo y de una patada le hizo un hoyo a la puerta, lo suficiente para que Ray saliera.

—Gracias— Ray agradeció.

—Vamos— Luna dijo tomando la mano del chico y corriendo hacia afuera, donde Isabella venia con Emma en brazos mientras ella lloraba, y Norman con la cara en blanco.

—Todo está bien... tranquila Emma, mamá te cuidará— dijo Isabella "consolando" a Emma.

—Y también... Felicidades Luna, una familia ha decidido adoptarte—