Castiel Novak, un joven muy aplicado a que se le da muy bien la física. Su padre, Chuck Novak, un profesor de filosofía, ya tiene planeado el futuro de su hijo. Para conseguir la beca tan deseada por su padre, en la universidad de Harvard, Castiel d...
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Después de dejar a Castiel cerca de su casa, tuvo que acelerar la velocidad, ya que debía estar una y media en la pista.
Ese día en particular solicitó ayuda a su hermano quien dijo que llevaría a Gabriel, no le gusto la idea, pero necesitaba toda la ayuda posible pues faltaba la decoración. Había contratado un decorador, sin embargo este le falló.
Llego en menos de quince minutos a la pista. Estacionó su vehículo donde siempre lo hacía, bajo, guardo sus llaves y entró al centro de patinaje. Al llegar a la pista, encontró a su hermano y cuñado decorando los paneles.
—Veo que me ganaron —dijo desde la gradas.
Su hermano se giró.
—¡Dean! —exclamó el menor —. ¡Llegas tarde!
—Lo siento, tuve que hacer algo.
—Seguro fue una chica, cuñado.
—Hola, para ti también Gabriel.
<< Como lo detesto >> dijo en su mente.
—No empiecen, ok. Hay mucho que hacer si queremos terminar antes de las cuatro.
—Tienes razón, Sammy.
—Es Sam. —refutó el menor.
—Soy tu hermano, puedo llamarte como yo quiero.
—Menos platica y más acción, chicos. Falta inflar los globos.
Dean se puso sus patines y entró a la pista. Entre los tres trabajaron para que todo quedara listo para el recital.
—¿A qué hora citaste a los niños, Dean?
—A las cuatro, Sam. Por eso digo que debe estar listo todo para esa hora.
—Eso quiere decir que no vamos a comer —comentó Gabriel.
—No. En esta oportunidad les pido que pongan su tiempo aquí.
—Ya me temía eso, menos mal que tome mi batido.
—Que bueno, porque yo también comí algo por el camino.
—Osea, el único que se va quedar sin probar bocado soy yo. Grandioso.
—No te quejes Gabriel, que por ayudar te has ganado una invitación a cenar.
