4. Un inicio nada agradable

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Las vacaciones habían dado inicio, eran cuatro semanas libre, eso era un decir pues tenía que preparar su proyecto de física

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Las vacaciones habían dado inicio, eran cuatro semanas libre, eso era un decir pues tenía que preparar su proyecto de física. Lo bueno era que ya tenía el tema; en un inicio cuando comento en que iba ir su investigación, su padre se negó. El señor Novak decía que: Perdía el tiempo, que no había nada científico en ese deporte y que solo eran chicas y chicos en coloridos trajes.

A pesar de las palabras de su padre, Castiel decidió continuar con el proyecto sobre el patinaje artístico. Para lograr comprobar su hipótesis, llegó a la conclusión que debía ver patinadores en tiempo real, así que busco por internet una pista de patinaje de hielo, cerca de la zona; así logró conocer la pista de patinaje Winchester.

Lunes por la tarde, cogió su bicicleta y pedaleando fue aquel lugar; la pista se encontraba alejado del pueblo, pero era una zona conocida. Llego al estacionamiento, y aseguró su bicicleta. Entro al establecimiento y por el pasillo vio vitrinas, dentro de ellas había varios trofeos y medallas, hasta patines antiguos; siguiendo su recorrido llego a la zona del patinaje. No solo era la pista de hielo en si, si no también estaba las butacas, lugar donde iba el público a ver el espectáculo. Camino sobre los asientos y se percató que había alguien en la pista, a fijarse bien, vio a un joven. Ese tipo parecía que bailaba sobre el hielo.

Castiel quedó maravillado ante aquel espectáculo, pero lo mejor estaba por llegar, cuando vio al chico volar por los aires y aterrizar perfectamente en el hielo; además de eso su forma de patinar era tan limpia, no dejaba huellas de los patines al patinar.

Saco su grabadora y empezó a filmar, fue en ese instante que los reflectores lo alumbraron, se tapó los ojos con su mano libre.

—¡¿Qué haces?! —escucho preguntar a alguien, pero por la potente luz no podía ver quien le estaba hablando.

Decidió moverse de lugar, ya fuera del alcance de la luz, pudo ver quien le había hablado.

—Ho… —el hombre frente a el no le dejo hablar.

—Te pregunte, ¿quién eres?

—S-Soy Cas… Castiel —el ojiazul estaba nervioso, el tipo le ponía en ese estado.

—¿De que revista eres? ¿o acaso eras un espía?

—¿Yo?

—Sí, tu.—Dean vio la cámara que traía Castiel en su mano derecha y se la quitó.

—¡Oye! —Castiel intentó recuperar su cámara.

—Te la voy a decomisar, eres muy valiente o mejor dicho muy tonto para venir con cámara en mano a espiar a mi hermano. Creo que llamaré a la policía —amenazó.

—¡¿Qué?! No, usted está malinterpretando todo. Soy Castiel Novak, estudio en Seint Clede, estoy en último año —le mostró su identificación, Dean con algo de recelo tomó el carnet.

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