Solo tú [Yaoi]

11

Podría decirse que mi primer día no fue malo. Las chicas que trabajaban ahí eran amables, y los chicos también. Podía notar que a más de uno no le agradé, pero confiaba que fuera cuestión de tiempo. Las propinas fueron generosas, así que no estaba del todo desanimado, en cualquier caso, me habían ayudado a distraerme.
Para cuando tomé mis cosas para marcharme, mi celular rebosaba de llamadas perdidas y mensajes sin responder.

"Por favor, Mich, te espero en casa, es urgente..." se leía en la última previsualización de los mensajes de Christian.

También había mensajes de Azula, Thomas, de mis amigos, y de Nancy, fueron los de ella los únicos que abrí.

"¡Me encanta la idea! Podemos comprar algo para cenar, si quieres, ver una peli o algo, no sé, lo que me digas, si es contigo, cualquier plan sonará asombroso. Oh, ¡suerte en lo que hagas hoy! Eres súper genial, así que todo lo que hagas va a resultar bien. No olvides comer y tomar agua. Ánimo. Estoy ansiosa por verte".

Sonreí un instante...y luego la sonrisa desapareció, ¿cuándo fue la última vez que Christian me había escrito algo como eso? En algún punto, lo habíamos perdido, y supongo que no lo había extrañado tanto como en aquel momento. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos de mi cabeza, ya que iba a hacer una mierda como esta , al menos iba a disfrutarlo, para sentirme culpable después, pero este no era el momento.
Marqué su número y esperé a que contestara.
—¿Bueno?—su voz sonaba agitada, aguda y dulce.
—Hey, linda, ¿qué tal? Acabo de salir del trabajo.
—¿Qué tal te fue? Debes estar agotado...—había algo en su voz que hizo que mi pecho se sintiera cálido.
—No tanto...pero, oye, ¿estás libre?—una presión amarga en el pecho me hizo tragar saliva, ¿por qué al escucharla me sentía tan mal? ¿Por qué no paraba de pensar en Christian y lo que ya no teníamos?
—¡Sip, sip!—exclamó con entusiasmo—¿Dónde quieres que nos veamos? Puedo pasar por ti al trabajo, si quieres.
—No, no. Mejor veámonos en algún sitio. ¿Dónde estás?
—Estoy saliendo de la universidad. No queda lejos del centro. Por eso te decía si...
—Mándame tu ubicación, te alcanzo.
—¿Eh?—hubo un silencio algo pesado, escuché risas en el fondo, cuchicheos de voces femeninas, que se acercaron y se alejaron sin pararse—No creo que...eso no...
—¿Estás bien?—otro silencio.
—Oye, Mich, ¿te parecería patética si comienzo a quejarme?—rió, pero algo en su voz me dijo que en realidad quería llorar—Si te parece, te mandaré la ubicación de un lugar para que nos veamos.
—¿Segura? No te escuchas bien.
—Cuando te vea, todo estará bien.—me sentí...extraño. Como si me necesitara. Y se sintió bien. En algún momento, Christian me había hecho sentir más como un peso, que como un apoyo, así que saboreé la sensación, tratando de empujar la culpabilidad al fondo, donde no estorbara.
—Bien. Te veo en un momento.
—Te quiero...—murmuró tímida.
Era una niña, ¿qué iba a saber de querer? ¿Y cómo iba a ser capaz de quererme? Pero quise seguir el juego en aquella linda fantasía.
—Y yo a ti. Nos vemos.
Colgamos y un poco después, me llegó un mensaje con una ubicación, entonces me dirigí ahí.

En el camino, tuve tiempo para pensar mucho en otras cosas. ¿Qué iba a pasar a continuación? Iba a tontear con ella...¿y luego? ¿En qué punto me detendría? Es más, ¿iba a detenerme? Seguro que sí. Pero, ¿cuándo? Las cosas con Christian no iban a mejorar. Quizá era casi perdido. Tal vez debería dejarlo y enfocarme en Nancy. O dejarla a ella y buscar solucionar las cosas con Christian. O podía simplemente desaparecer. Tenía amigos con quienes podía buscar empleo y hospedaje en otros estados, quizá hasta en otro país. ¿Realmente quería iniciar de cero? Buscar una linda chica o chico para pasar el rato y dejarlo antes de los compromisos, antes de las peleas, como con Chris, antes de los "te quiero", como con Nancy.
Había opciones, la cosa era aclarar mi mente, para decidir y no volver atrás.