Tras un horrible día lleno de desaprobación ante mi decisión de proponerle matrimonio a Christian, volví a casa. Había estado fuera todo el día, por lo que no había hecho nada en el departamento, debía apurarme si no quería pelear de nuevo con mi novio, por lo que hice la limpieza lo más rápido posible, terminando a las nueve.
Usualmente, Christian procuraba llegar a más tardar a las diez, así que aún tenía tiempo de prepararle un festín para cenar.
No estaba seguro del momento oportuno para hacerle la propuesta, sin embargo estaba ansioso, tenía que ser cuanto antes. Si se podía, esa misma noche.Llevaba planeándolo desde hace dos meses o más. Thomas había accedido a ayudarme con la planeación de las respectivas celebraciones, parecía muy entusiasmado en un comienzo, así que no me explicaba la postura que había mantenido en nuestra discusión de esa mañana. Por parte de Carlos, nunca esperé un absoluto apoyo por su parte, así que no me había causado ninguna decepción.
Esa noche hice un gran esfuerzo, preparando una de la comida preferida de Christi, esa que no tardaba en devorar de su plato y de la que siempre pedía más. Y me arreglé un poco.
Y esperé. Esperé. Esperé. Esperé. Me desesperé. Jugué algunos videojuegos. Perdí. Reinicié. Maldije. Sentí crujir el corazón. Y, a las dos de la mañana, habiendo gastado mi crédito completo en llamadas que nunca fueron atendidas, me fui a acostar. Molesto. Confundido. Preocupado. Herido. Decepcionado.
***
Sentí la presión de un cuerpo extraño sobre la cama. Hacía crujir levemente los resortes del colchón y sus movimientos solo provocaban leves sonidos atenuados por la tela.
Lentamente, abrí los ojos, mis párpados pesaban y sentía que estaba haciendo lo contrario de lo que mi cuerpo me pedía, por dicha razón, parecía resistirse.
Dado que había...llorado...un poco...quizá, muy poquito, mis ojos estaban casi sellados. Pero, en contra de todo, los abrí.
Y ahí estaba él, sentado en la orilla de la cama, habiéndose quitado ya la parte de arriba y estando por retirarse los pantalones.
Recorrí con la mirada la hermosa piel de su espalda, desde sus angostos hombros hasta donde comienza la tela de su pantalón. Su dulce piel, tan suave, tan blanca, con esos hermosos lunares que había besado tantas veces antes, mientras nos duchábamos juntos o hacíamos el amor.
Mi adolorido corazón volvió a palpitar al reconocer al chico frente a nosotros, que se desnudaba con movimientos torpes.
Y quise llorar por la alegría que sentía al verlo, al volver a ver a ese chico que me torturaba y me daba los mejore momentos de la vida.—Christian...—su nombre escapó de mi corazón y escurrió por mis labios, tembloroso por si desaparecía tan amado espejismo.
Pero no lo hizo, esa palabra fue percibida por sus oídos. Y giró. Entonces sus hermosos ojos de mar se clavaron en mí, aterrándome al verle.
Unas gruesas ojeras oscuras surcaban sus párpados inferiores, sus ojos parecían perdidos y el brillo no era tan hermoso y casto como el que tanto me encantaba.—Oh...Mich, perdón por despertarte...no era mi intención. Te veías tan lindo durmiendo.—rió tontamente, lo que rebeló su condición de ebriedad en cuestión de segundos.
—Christian...¿dónde estabas?
—Yo...hmm...ah...oh, estuve con unos amigos de la universidad en...ah...—podía notarse lo distraído que se encontraba, por la forma en que se tomaba su tiempo para encontrar las palabras para explicarse—Y...este...bebimos un poco...sí, eso....bebimos.
—¿Un poco? Christian, estás más que borracho.
—No...no...no...—negó con la cabeza varías veces, cerrando los ojos y parando los labios, dando la impresión de que caería de lado en algún momento, luego se detuvo y comenzó a asentir con una sonrisa tonta—Bueno, sí. ¿Pero a quién diablos le interesa? Oh, Mich, juguemos.
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Solo tú [Yaoi]
Romance¿Acaso un "te amo" es el comienzo de toda historia de amor? ¿Acaso el "acepto" es el final de toda historia de amor? Pues la respuesta a ambas es...¡NO! Ninguna pareja es feliz antes del "te amo", ni durante la lucha por conseguir el corazón que d...