Observaba su precioso rostro sonrojado; tenía los ojos cerrados, apretándolos fuertemente, sus labios estaban entreabiertos y de su boca salían deliciosos gemidos, además de un poquito de saliva que escurría de la comisura, su piel blanca tenía marcas de chupetones y estaba cubierta de sudor, sus manos se aferraban con fuerza a mi espalda, clavando sus uñas en mi piel y sus piernas rodeaban mis caderas, moviéndolas al compás de mis embestidas.
- ¡Ah! Ngh...ah...Mich...ah... ah...- adoraba sus dulces gemidos.
Apresuré mi ritmo.
Entraba y salía, cada vez más rápido y con mayor dificultad, ya que no solo estaba agotado, sino que ya estaba muy apretado. Eso era sin duda excitante.
- Christi...- gemí y sentí un cosquilleo que él produjo con sus manos en mi espalda.
- Ah...Mi...Mich...yo...ya voy a...- entonces me detuve. Abrió los ojos y los clavó en mí- Mi...Mich...
- No te doy permiso- sonreí sádicamente y salí lentamente de él.
- M...Mich...duele...yo ya quiero...- se incorporó lentamente y rodeó mi cuello con sus brazos. Besó mis labios y me miró suplicante.
- Aún no quiero que termines...quiero seguir así otro rato- mi respiración estaba acelerada y me costaba hablar.
- Por favor...yo...- corté su oración a la mitad al empujarlo bruscamente para que quedase nuevamente panza arriba.
- Ponte en cuatro, Christi- ordené y él lo hizo rápidamente. Sonreí al ver su lindo y blanco trasero, aún se le veía un poco roja la piel por las nalgadas de un trato antes.
Puse mis manos en su cadera y la atraje a mí, introduciéndome sin mayor problema. Él arqueó su espalda y echó la cabeza atrás.
- ¡Ah!- gimió, luego pude oír cómo trataba de ahogar sus gemidos.
- Vamos, Christi, di mi nombre, gime para mí, sabes cuánto lo amo.
- Ngh...
- O lo haces...o me detengo- amenacé y me frené un segundo.
- Mich...Mich...
- Así me gusta- sonreí y lo penetré bruscamente, gritó.
Bajé una de mis manos a su entrepierna y comencé a tocarlo.
Pronto se corrió en mi mano, sonreí nuevamente y continué con lo mío, no iba a detenerme. Me llevé la mano a la boca y lamí el dulce néctar de mi hombrecito, luego me incliné al frente y acaricié sus labios, introduje mis dedos y él cerró la boca, comenzando a chuparlos, pasando su lengua entre mis dedos y haciendo sonidos deliciosos.
Saben...creo que ya me clavé en esto...pero, vamos, si vieran su linda carita cuando estamos en la cama...vaya, también querrían presumirlo.
Perdón, ok, ok, en fin, terminé por correrme en su lindo trasero, eso sí lo voy a presumir.
Salí de él y caí rendido a un costado, se acercó lentamente y se acostó en mi pecho. En silencio. Comenzó a juguetear con el bello de mi pecho, enrollándolo en sus delgados dedos. Coloqué mi mano en su espalda y acaricié su piel.- Te amo- susurré.
- Yo también te amo, cariño- respondió.
No noté en realidad cuándo me dormí, pero lo hice.
***
Desperté cuando el sol ya estaba molestándome los ojos. Me senté y miré la desordenada habitación.Las paredes eran color vino, el suelo era de madera y tenía una alfombra marrón. Justo frente a la cama, en la pared contraria estaba la puerta, a la derecha el armario y la cómoda, a la izquierda la ventana. Había una silla junto a la puerta, ahí solía haber ropa, pero esa mañana, la ropa estaba regada por el suelo.
Una sonrisa se dibujó en mis labios cuando recordé la buena cogida que le había dado a mi dulce Christi.
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Solo tú [Yaoi]
Romansa¿Acaso un "te amo" es el comienzo de toda historia de amor? ¿Acaso el "acepto" es el final de toda historia de amor? Pues la respuesta a ambas es...¡NO! Ninguna pareja es feliz antes del "te amo", ni durante la lucha por conseguir el corazón que d...