•Capítulo 5•

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Lágrimas y reencuentros 
(Parte 1)
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Si el  mal presentimiento de Sesshomaru se hacía realidad, debía apurarse antes de que el lado demoníaco de Setsuna tomara la posesión total de su sangre. En caso de que todo se saliera de control ya tenía en mente un plan en el cuál involucraba los poderes espirituales y selladores de Kagome.

[...]

Mientras Sesshomaru junto con Jaken se dirigían rumbo donde vivía Totosai, no solo fue él quién comenzó a notar que el sentido del aire, de a poco, comenzó a cambiar su sentido, sino que también Jaken pudo notar que las cosas estaban cambiando poco a poco. 

No le quedó de otra a Sesshomaru que convertirse en una esfera de luz para poder llegar más rápido a su destino. Ahora sí se encontraban con el tiempo en su contra, cada maldito minuto que pasaba le daba la oportunidad a la sangre demoníaca de Setsuna tomar control total de su cuerpo. 

Sabía que aquel monje, amigo de Inuyasha, se encontraba lejos de donde se encontraban sus hijas para poder, por las dudas, tranquilizar a su hija menor. A parte, Sesshomaru sabía que no podía contar con la ayuda de la anciana Kaede, ya era una persona mayor, no dudaba de sus poderes espirituales pero... tener que sellar poder demoníaco conllevaba mucha energía. Y ni podía pensar en su sobrina, sabía que dentro de ella se encontraba un poder espiritual muy grande pero al mismo tiempo sabía que nunca había sido entrenada para usar su poder, además tenía gran parte de sus poderes espirituales sellados. 

[...]

~Mientras tanto con Totosai~

Había pasado un día desde que comenzó a trabajar en la naginata de Setsuna, al principio pensó que sería un trabajo bastante fácil pero con el paso de las horas y los intentos fallidos por tratar de forjar una hoja para aquella arma, se vio en la obligación de inspeccionar bien el tipo de veneno que tenía la dueña de aquella arma. 

Por lo que empezó a inspeccionar el veneno de Setsuna era exactamente el mismo que el de su padre, de eso no cabía duda, pero no tardó en darse cuenta de dos cosas.  La primera era que necesitaría de la energía demoníaca de Sesshomaru y su sangre para poder forjar un arma muy fuerte con la cual Setsuna pueda ser capas de utilizarla sin el miedo de que vuelva a romperse. De la segunda cosa que se dio cuenta, y para su fortuna era lo que necesitaba, Sesshomaru se estaba acercando.

No tardó en hacer acto de presencia el yokai más fuerte de toda esta era. Cuando lo vio entrar al interior de su taller le sonrió para hacerle saber que dentro de nada le pediría algo...

-Escúchame Totosai, vine por el arma de Setsuna. La quiero ahora- ni corto ni perezoso, Sesshomaru hizo saber sus intenciones. 

-Hola Sesshomaru, si todo bien por estos lados, me alegra verte de nuevo- le contestó sarcásticamente Totosai.

-Mph..- mofó Sesshomaru sin importarle Totosai.

-Aún no he terminado con el arma de tu hija, pensé que sería un trabajo sencillo pero está siendo todo lo contrario... necesitaré un poco de tu sangre y tu energía demoníaca para poder forjar la hoja de la naginata. Ustedes dos tienen el mismo tipo de veneno corriendo por sus venas- terminó aclarando Totosai hacia el gran demonio. 

Pasaron unos cuantos segundos para que Sesshomaru le deje a Totosai una esfera de su energía y en un pequeño platito le dejó un poco de su sangre. El viejo forjador le sonrió en señal de agradecimiento. 

Setsuna's LullabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora