Cap 15: Que comiencen los Juegos del Hambre

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La rivalidad entre Brooke Academy y Wenchester High se arrastraba desde el tiempo de nuestros abuelos, bueno, de sus abuelos. Los míos seguro estaban bailando salsa en ese momento.

Ambas escuelas querían ser las mejores en todo sin dejar lugar a dudas, por lo que unirlas era como juntar a dos divas en la misma habitación: ambas querían acaparar todas las cámaras. Como podrán imaginar la competitividad estaba en el ambiente y las ansias de victoria dibujaban el rostro de cada uno de los estudiantes.

Brooke había ganado dos de las actividades y Wenchester las dos restantes, ya sólo quedaba el juego de Atrapa la Bandera y la presión sobre nosotros se hacía sentir. La tensión en clases se podía cortar con un cuchillo, las miradas asesinas entre los hinchas de las respectivas escuelas estaban a la orden del día y las cosas en el equipo no iban mucho mejor.

Grecia estaba siendo más Grezilla que nunca, mucho más ahora que estábamos a minutos de que empezara la acción.

—¿Tienen todo claro? —preguntó por milésima vez, caminando de un lado a otro mientras nos cambiábamos a la ropa deportiva negra que estaríamos usando hoy.

—¿Quieres estarte quieta? Me estás empezando a poner nerviosa —pidió con un ligero matiz demandante en su voz Amber, atando los cordones de sus tenis deportivos.

—Deberías —replicó con brusquedad. Amber rodó los ojos—. ¡Faltan quince minutos para empezar y ni siquiera estamos todos!

Grecia se sentó a mi lado y empezó a subir y bajar su rodilla ansiosamente. Puse una de mis manos en su muslo deteniéndola. Me estaba poniendo de los nervios.

—Grecia —dije con el tono más tranquilizador que pude.

—No puedo evitarlo, ¿ok? He trabajado mucho para que esto salga bien y me da rabia que no todos se lo tomen en serio.

Sabía muy bien a que ''todos'' se estaba refiriendo. Y no pude evitar sentirme algo culpable al respecto. Noah había pasado olímpicamente de nosotros toda la semana, obligando a Grecia a poner excusas cada vez que los organizadores preguntaban por qué habían siete jugadores y no ocho.

Era tan inmaduro. ¿No podía actuar como el chico de 18 años que aparentaba ser por un día?

—¿Listas para la masacre! —clamó Lan entrando, seguido por Pepper y Kai. Le sonreí con sorna y me guiñó un ojo.

El esteroide con patas no era tan idiota cuando lo conocías.

—¡Vamos a hundirlos! —exclamó Kai con entusiasmo— Nuestro plan es perfecto. No hay forma de que nos ganen este año.

Pepper asintió convencido.

Nuestro plan sí que era perfecto. Grecia se había lucido, ni El Profesor lo hubiera planeado mejor. Pero una cosa es hablar del plan sentados en el salón de clases y otra muy distinta es ejecutarlo.

La puerta se abrió dejando que el integrante número ocho entrara. Podía sentir su mirada perforando la parte posterior de mi cuello. Traté de ignorarlo pero fue inevitable que mis ojos lo escanearan cuando se posicionó frente a nosotros.

La camiseta oscura se pegaba a su cuerpo como una segunda piel y el cabello azabache le caía sobre la frente y la curva de las orejas contrastando con sus ojos grises que parecían más claros de lo habitual.

¿Por qué todo tenía que quedarle tan bien?

  —Hasta que decides honrarnos con tu presencia —soltó Grecia con cinismo.

  —Estoy aquí, ¿no? —respondió con una sonrisa burlona en su malditamente atractivo rostro— Bájale al drama.

  —Vete a la mierda —Noah soltó una risa agria.

Odio Que Me Gustes (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora