ႮΝᎪ ᎷᎪՏᏟϴͲᎪ [𝙎𝙝𝙖𝙙𝙤𝙬 𝘽𝙤𝙤𝙢] (PAUSADA)

4 - Una humana tonta

No podía tener peor suerte, quien menos quería encontrar ya estaba ahí viéndolos algo confuso y posando ambas manos en su cintura, con algunos secuaces detrás (también confundidos) parecían intentar entender la situación. Verlo a Shadow ahí y en esa posición era nuevo, por no decir extraño.

Debía buscar la forma de irse sin tener que explicar nada, tal vez podría ir y tomar a la humana para transportarse.

Si, esa joven que curiosa picaba la barriga de Eggman con su dedo índice, y éste la veía sorprendido.

<Esa tonta>

Se puso de pie y fue hacia ellos mientras captaba la atención del mayor.

— Oye Shadow, ¿quién es esta chiquilla? No creí que había otro humano y en especial contigo. —comentó extrañado y curioso.

— No es asunto tuyo, solo me la encontré en la orilla del mar y no dejo de seguirme.

El mayor se sorprendió un poco y dirigió la mirada hacia ésta, quien aceptaba una mandarina de parte de un robot aliado, luego miro al erizo otra vez.

— Mhm es raro viniendo de ti Shadow, conociéndote creí que la ignorarias o simplemente se la dejarías a Sonic.

— No le pediré ayuda a ese inútil. —respondió cruzándose de brazos— Y créeme, intenté dejarla pero jamás creí conocer a una humana que te superé en cuanto a idiotez.

— Oye, me ofendes. —Se hizo el ofendido pero luego siguió— ¿enserio? No creo que sea para tanto, debes de exagerar Shadow, es imposible que alguien te cause tantos problemas.

Mientras hablaban, la castaña comía la mandarina y luego escupía las semillas en cualquier lado sin importarle dónde.

— Pues creelo, no sabes el día que tuve hoy y para no tener más problemas, tengo que irme de una vez. —Dijo mientras desviaba la mirada hacia ella.

— Oye Shadow, creo que puedo ayudarte con una pequeña información. Hace unos días recibí una señal proveniente del mar, cuando envié a algunos robot descubrí que un pequeño barco fue arrastrado en una tormenta. —explicó captando la atención del erizo—. Es probable que esa joven sea la única sobreviviente, el mar la abra arrastrado hasta aqui.

Eso dejo pensando al azabache, tenía mucho sentido pero... ¿qué demonios hacían con una joven tan tonta en ese lugar? Necesitaba más información y eso le dio una idea, tal vez así podría deshacerse de ella más rápido.

— Oye, necesito que busques información para poder enviarla a su hogar de una vez.

— Claro, tardaré varios días ya que no es fácil. Pero te aseguro que lo intentaré. Dime ¿qué sucederá mientras tanto con ella?

— .... tendré que encargarme yo.

— ¿Estas seguro? Habías dicho que causa problemas. Puedes dejarla aquí si quieres aunque aviso que no soy tan bueno cuidando...

Claro, pues estará concentrado en vencer al erizo azul y posiblemente se le ocurra usar como distracción a la castaña.
El de baja estatura desvió la mirada nuevamente hacia ésta y en ese momento una semilla fue directo a uno de sus ojos.

En un segundo ya estaba dando vueltas en el suelo tapando su ojo, esa idiota escupió accidentalmente una semilla en él.

El mayor miraba la escena con una gota de sudor en la sien, comenzaba a creer que es cierto lo de problemática.

— Am...

— Yo puedo. —Comentó poniéndose de pie tocando su ojo—. Tú solo has lo que te ordené. Ahora vamos.

— De acuerdo, ¿solo donde está su hogar? ¿No te interesa que hacia en un barco y...?

— No.

Terminando la conversación tomo del brazo a la joven para transportarse y volver a su preciada cueva para no más problemas.

Por fin, dulce y relajante cueva. A penas puso un pie ahí y observo el lugar con un gran brillo en los ojos carmesí que tiene.
Camino para abrazar o prácticamente caer sobre una gran piedra que había de decoración (a veces solía sentarse– sin duda extraño su hogar.

En cambio, la de atrás solo observaba curiosa y con algo de ternura en su mirada, le encantaba verlo; jamas vio esa especie y le parecía interesante. Además era genial que pudiera hablar, admitía que quería abrazarlo pero algo le decía que primero se necesita más confianza.

Asintió a si misma mirando hacia arriba y apretando los puños decidida contra su pecho. Sin percatarse de que éste la estaba viendo algo desconfiado, quién sabe que otra tontería haría para meterlo en problemas.

— Solo quédate quieta un rato ¿si? Ya es tarde, duermete.

Dicho eso se adentro más al fondo para irse a dormir un poco y esperar algo nuevo el día de mañana, tal vez se le ocurra algo para que ella no haga ni una locura y deje de ser tan inútil.