Capítulo 14.- Una Nueva Amistad.

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Los cuatro jóvenes se dirigieron hacia allá, tomaron asiento mientras cenaban el señor Taisho les pregunto qué tal iban en la escuela.

Miroku fue el que contesto a la pregunta que hizo su tío—Pues bien es un instituto muy agradable —respondió con una leve sonrisa. —verdad primos.

— ¿Sí? respondieron en unisonó Inuyasha, Shippo y Sesshomaru.
—Me alegra que estén a gusto chicos desde un principio pensé que no se iban adaptar, pero eso me agrada escuchar.
—Además Sesshomaru nos enteramos que ya tienes compañera para patinar —acotó la madre de aquel joven.
—Si así es —dijo aquel joven como siempre solía ser serio.
—Hijo y como se llama si se puede saber. —preguntó su padre interesado en saber.
—Se llama Hikari Aizawa, padre y otra cosa el martes de la semana que entra iremos a Hiroshima participar en una demostración de patinaje para beneficio del orfanatorio Saint Helena.
—Eso nos alegra hijo—respondió aquella mujer de cabello negro. —así que firmaremos tu permiso.

Después de la cena los chicos se retiraron a sus habitaciones, el joven de cabello alvino se recostó en su cama y en su mente se le vino la imagen de esa chica de ojos color chocolate el mismo se preguntaba porque no participo en el evento que realizo para conseguir su compañera; él se levantó de su cama y se sentó — ¿Acaso no es tan buena pero la verdad hay algo especial en esa chica? De estar pensando se quedó dormido, pero en otro lugar aquella muchacha de ojos color chocolate aun no dormía ya pasaban de las once de la noche estaba entretenida tejiendo algo con tal entusiasmo.
—Espero le guste tengo pensado acabarlo a más tardar el domingo.
En eso tocaron la puerta de su habitación —Kagome puedo pasar.
—Si mamá claro.

Aquella mujer paso y miro a su hija con tal dedicación haciendo una bufanda —Hija mira la hora que es tienes que descansar mañana tienes clases y después no podrás despertarte a tiempo para ir a la escuela.

—Pero mamá lo que pasa que quiero terminar lo más pronto posible con... —en eso la interrumpió su madre.
—Kagome, si gustas yo lo hago por ti —dijo con una sonrisa su madre.
—Gracias mamá yo quiero hacerlo para el —esto lo dijo tímidamente.
—Vaya así que es para un chico verdad —musitó la madre de ella mirando con una sonrisa.
La muchacha no pudo evitar sonrojarse por el comentario de su madre — ¿Sí?
— ¿A caso es tu novio?
—No, no mamá como crees es solo que él también me apoyo en mi entrenamiento y la forma de agradecérselo es regalándole esto.
—Sé que le gustara hija, pero anda descansa mañana puedes continuar.
—Está bien, hasta mañana —la joven se acostó se quedó dormida.

Al día siguiente ya era viernes así que era fin de semana Kagome y sus hermanas llegaron a la escuela iban por los pasillos.

La hermana menor de las Higurashi iba distraída y un poco somnolienta esto había sido por a verse acostado muy tarde.

En la mente de esa joven rondaba una pregunta, si aquel chico le gustara lo que le dará ya que pensando muy bien las cosas, como era de una familia rica tenía muchas cosas de marca y que a lo mejor lo que le daría seria poca cosa.
Iba tan sumergida en sus pensamientos que no se da cuenta y se topa con alguien haciendo caer al piso, ella medio cerró sus ojos por el golpe que se dio.
—Te encuentras bien.

Las hermanas Higurashi al ver su hermana menor en el piso se sorprendieron y darse cuenta con quien había chocado.
—Sí, —ella abrió sus ojos y se sorprendió al ver aquel chico de ojos dorados.

El tendió su mano para que la joven se pudiera levantar, Kagome tomo la mano de ese muchacho se levantó, ambos se miraron a los ojos ella no pudo evitar sonrojarse. El aun la sostenía de la mano.

—Segura que estas bien.
—Claro que estoy bien no se preocupe —ella zafo su mano de el—Así que gracias nos vemos —ella se retiró corriendo sin decir nada más.

Kikyo y Sango se miraron una a la otra ya que su hermana no se portó grosera con ese joven ya que era una chica bastante explosiva y más si la hicieran caer al piso.

Sesshomaru siguió a la joven con la mirada —Vaya es una chica bastante engreída y arrogante.
La muchacha de ojos color chocolate al llegar a su salón se recargo en la puerta tomo un poco de aire aun respiraba muy rápido ella miro su mano aun sentía la mano de aquel chico era tan calidad a pesar que mostraba esa mirada fría.
En ese instante llegaron sus compañeros de grupo y se sentó en su lugar de siempre sus amigas al verla.

— ¡Kagome! ¿Qué te pasa? Te ves algo rara hoy.
—No es nada amigas estoy bien. —dijo con una sonrisa.

Pasión Por El Triunfo: Fuego En El Hielo Entre El Amor Y El OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora