Capítulo 92.- Camino Al Altar.

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—Hermana ¿Qué pasa?

La castaña de acerco y le dice en voz baja—Es Brad.

— ¡Que! —expresó la chica de ojos color chocolate.

—Tu dime, le digo que no estas.

—No Sango deja hablo con él, no toda la vida voy a huir del además por largo tiempo no la veré voy hablar con él.

—Pero hermana—acotó la castaña preocupada por ella, la da el teléfono.

— ¿Qué pasa Brad?

— ¡Hola! Kagome disculpa por hablarte en este día tan especial para ti solo te hablo para agradecerte por lo que hiciste por mí, espero hayas leído la carta que te mande.

—Si Brad si leí tu carta y me alegra que aun sigas practicando patinaje y enseñes tus conocimientos a otros.

—Gracias eso era todo y te deseo lo mejor en esta nueva etapa de tu vida al lado del joven Taisho y por tu bebe que viene en camino hasta luego Kagome.

—Hasta luego Brad. —ese joven colgó, la azabache miro a su hermana quien todavía estaba ahí.

—No me digas que solo hablo para molestarte hermana de verdad no escarmienta ese chico.

—No Sango solo hablo para felicitarme por lo de mi boda.

—Bueno al menos no hablo para estar hostigando, ah se me olvidado decirte ya está aquí la señorita Keller.

Vamos hermana —ambas bajaron al primer piso, la chica de ojos azules estaba platicando con la señora Higurashi y Kikyo.

— ¡Hola! Kagome estas lista debes lucir hermosa este día que es tu boda.

—Estoy lista amiga dejo todo en tus manos.

Así que manos a la obra que el tiempo es oro—dijo la rubia, mirando a su amiga.

Las dos chicas se dirigieron a la habitación de la azabache, Giselle al entrar a la habitación de la chica de ojos color chocolate se sorprendió al ver sobre la cama el vestido de novia de su amiga.

— ¡Kagome! Es muy hermoso su vestido.

—De verdad Giselle —ella lo tomo en sus manos y se lo sobre puso.

—Amiga vas hacer la novia más bonita. Así que vamos a empezar.

Vamos a ver cómo te voy arreglar. Ven sienta frente al tocador; Kagome se sentó y se miró al espejo.

Mira como tú no te pintas mucho será algo leve sin mucho maquillaje ya que la verdad no necesitas mucho será algo ligero.

—Yo dejo todo en tus manos Giselle—dijo con una leve sonrisa.

Mientras en la mansión de los Taisho el alvino estaba con su mamá platicando y le mostro una cajita color rojo ella se sorprendió al ver el contenido.

—Crees que le guste.

—Hijo es muy hermoso le va encantar además le combinara con el vestido de novia. Se lo vas a mandar a su casa o se lo darás aquí.

—No madre se lo daré aquí, pero como yo no puedo verla antes de la ceremonia quiero que se lo entregues tú en cuanto llegue ella a la mansión quiero que lo luzca en este día especial para ambos.

—No te preocupes se lo daré.

—Gracias mamá.

—Anda hijo ve arreglarte ya casi se llega la hora.

—Ya está todo listo, o falta algo.

— Todo está en orden, no falta nada. Así que tranquiló.

Pasión Por El Triunfo: Fuego En El Hielo Entre El Amor Y El OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora