Capitulo. -7 Nuevos Alumnos En Sengoku.

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El señor Takeda se sorprendió —Pero porque precisamente yo, como usted dijo usted es su entrenador acaso el ya no lo quiere.
—No, no es eso lo que pasa es que yo no puedo venirme para acá tengo familia y no puedo dejarlos haya, además creo que mi esposa e hijos no querrán dejar Alemania por eso el joven Taisho investigo sobre usted que es el mejor y me pidió que viniera a buscarlo.

—Gracias por tomarme en cuenta señor Müller pero yo por el momento no pudo aceptar ser entrenador del joven Taisho hasta que termine algo muy importante para mí.
— ¿Cómo?
—Así como lo oye.
—Mire piense lo bien, además yo me iré dentro de dos días aquí le dejo mi tarjeta y fue un gusto conocerlo señor Takeda.

Ambos se despiden Derek afuera del hospital— ¡Espero acepte! Tomo un taxi ya que tenía que hacer otra cosa que le había encomendado Sesshomaru.
El señor Takeda llego con Kagome— ¿Cómo vas?
—Bien entrenador—ella lo miro algo preocupado y distraído—sucede algo señor Takeda.
—Mira Kagome a ti no te puede mentir, el señor que vino hace momento.
—Si lo sé es entrenador es el representante de Sesshomaru Taisho, Derek Müller verdad.
— ¡Kagome! ¿Pero cómo lo sabes?
—Mire señor Takeda el hecho de que llevo bastante tiempo aquí encerrada por mi rehabilitación estoy informada de todo, usted sabe que mi hermano cada semana me trae la revista de patinaje —dijo aquella joven con una sonrisa.
—Pues ni te imaginas a que vino aquel hombre.
— ¡Dígame!
—Pues quiere que sea entrenador del joven Taisho, ahora que regresen a Japón.
—Usted que le dijo. —preguntó aquella joven de ojos color chocolate.
—Le dije que no estaba interesado, que primero tenía que arreglar algo muy importante antes de aceptar su propuesta y que por el momento no estaba interesado.
—Pero ¿Por qué no acepto entrenador? ¿Qué es eso tan importante para usted?
—Tu, Kagome hasta que tu no estés bien no puedo dejarte así que continuemos con tus ejercicios y dejemos esta platica.

En eso aquella joven de ojos color chocolate tomo de la mano a su entrenador y lo miro a los ojos —Mire señor Takeda no voy hacer egoísta y acapararlo todo, si es una oportunidad para usted adelante me haría feliz que usted volviera a entrenar de nuevo yo le promete que me esforzare a lo máximo para que también me siga entrenando.

— ¡Kagome! Veo que al fin estas recapacitando eso me gusta de ti, así que seguiré tu consejo, pero quiero que me prometas volver pronto al hielo.
—Sí, es una promesa.

Siguieron con su ejercicios ya en la atardecer fueron sus hermanas a verla, platicaron durante un buen rato, pero Kikyo le había dicho a Sango que no le digieran nada a ella sobre el castig que iba a ver.
Pero aquella joven de cabello castaño— Mira Kagome—Ella le entrego un cartel.

—Pero que es esto Sango.
—ábrelo hermana y veras lo que es.
— ¡Sango! ¿Qué te dije?
— Discúlpame hermana pero no podía ocultarle esto a mi queridísima hermanita a la mejor con eso se anime más en sus rehabilitación.

Aquella joven de ojos color chocolate al ver el cartel se sorprendió —No, puedo creer esto el joven Taisho está buscando una pareja para patinar con él, pero lástima que no puedo competir por lo menos llevare aquí otros dos meses —esto lo dijo con cierta tristeza y cabizbaja.
— ¡Ya vez Sango! ¿Por qué no quería que se enterara, yo estaba igual que tú que entrara a competir pero sabíamos de ante mano que aún no está preparada para esto?
Sango agacho la cabeza —Perdóname Kagome no era mi intención hacerte sentir mal.
—No, se preocupen por eso hermanas pero también les prometo a ustedes que saldré adelante.
— ¡Hermana! —dijeron en unisón ambas chicas.

Por la noche el señor Takeda habló por teléfono con el señor Derek Müller para confirmarle que aceptaba ser entrenador del joven Taisho, por teléfono ultimaron los detalles y además él quería verlo por la mañana para ponerlo al tanto de todo con relacionado con Sesshomaru Taisho.

Al día siguiente llego, se reunieron el señor Takeda y Müller hablaron por un buen rato le explico Derek sobre cómo era aquel joven Taisho y además que el mismo le dio de el nombre de las mejores patinadoras de todo Japón, que inclusive el saco unas fotografías por internet. Se las enseño al entrenador Takeda.

Aquel hombre de cabello cano miro las fotografías por lo menos eran unas diez chicas entre esa incluía a la señorita Aizawa Hikari, pero lo extraño fue no encontrar la fotografía de Kagome ya que ella era una de las mejores en Japón en comparación con las demás, pero prefirió no decir nada ya que por el momento ella esta indispuesta a competir.

—Bien señor Müller pues esperare al joven Taisho y dentro de dos semanas escogeremos a la compañera de el—dijo señor Takeda con una leve sonrisa.
—Le agradezco que haya aceptado, me retiro pues y fue un placer conocerle señor Takeda.
—lo mismo digo yo.

Ambos señores se despidieron, Derek se dirigió al hotel para recoger sus cosas y poder irse a Alemania lo más pronto posible.
Al recoger sus cosas miro algo tirado debajo de la mesa era un sobre amarillo—Pero que es esto.

Se agacho a tomarlo al abrirlo se sorprendió —No puede ser nunca me di cuenta que se me había caído ella es una de las mejores patinadores Kagome Higurashi además tiene el título de la reina del patinaje.
Que hago dentro de una hora sale mi vuelo Alemania ya no puedo ir a buscar al señor Takeda, bueno así lo dejare no creo que Sesshomaru se dé cuenta es mas no creo que se haya tomada la molestia de ver a las chicas.

El tiro el sobre a la basura, y se fue rumbo al aeropuerto, mientras aquella joven de ojos color chocolate continuaba con su rehabilitación para ser sincera lo que le había mostrado Sango la había hecho recapacitar tenia tantas ganas de volver lo que le apasionaba tanto.

Mientras tanto en Alemania Derek había llegado y fue directo a la mansión de los Taisho y le dijo a Sesshomaru que el señor Takeda había aceptado esto le alegro aquel joven, así paso las dos semanas la familia Taisho había llegado a Japón desde el domingo a mediodía, Kagome seguía adelante.

El lunes por la mañana en el instituto eran la seis y cincuenta de la mañana estaban llegando los alumnos.

Las chicas estaban emocionadas ya que el joven Sesshomaru Taisho asistirá a su escuela junto con su hermano y primos.
Llego al instituto una gran limosina color negra entrando hasta las instalaciones del lugar, las chicas y chicos del lugar quedaron asombrados al ver esto ya que todos los de ahí llegaban en el transporte escolar.

Sango, Kikyo que iban llegando miraron a todos ahí afuera de la entrada del instituto mirando quienes habían llegado en ese limosina tan elegante.
— ¡Ricos! Son tan así de escandalosos para entrar aquí, de seguro hermana han de ser unos presumidos como suelen hacer, junior en fin.
—Tranquila hermana como puedes juzgarlos sin ni siquiera los conoces aun.
—No, es necesario Sango lo que se ve no se pregunta, anda vamos.

Ambas jóvenes iban camino a la entrada del instituto, de ese auto bajo un chico alto de cabello alvino y ojos dorados era tan elegante que el uniforme que portaba de la escuela no le quitaba lo guapo que era.
Las chicas al verlo se emocionaron tanto, pero ese joven ni siquiera sonreía con ellas, su mirada era fría e inexpresiva pero eso no les importaba a las jóvenes eso para ellas se le hacía muy interesante.

Kikyo y Sango quedaron como unas bobas también viendo ese joven tan apuesto— ¡Kikyo! Ese chico es más guapo en persona que en las revistas es extremadamente guapo.
—Tienes razón hermana—respondió la hermana mayor sonrojándose.
Pero estaban tan entretenidas que a Sango en ese momento la tomaron de la mano un joven quien al verla —Buenas días señorita quiere tener un hijo conmigo.

Aquella chica de cabello castaño al ver aquel joven de cabello negro agarrado con una coleta y ojos color morado claro y extraño.
— ¿Qué estás diciendo?

Las chicas y chicos del lugar se sorprendieron cuando ese chico le dijo eso a Sango, Aquella joven se sonrojo por completo sentía que se le subía mil colores en su rostro.

Sesshomaru al ver esto—Vaya este chico nunca cambia.

En eso salen también de la limosina otros dos jóvenes quien al ver a su primo haciendo de las suyas se acercó a él lo más pronto posible.

Las chicas también al verlo se sorprendieron ya que ese chico también no se quedaba atrás no era muy alto su cabello era plateado y esos ojos color ámbar.
Tomo de la oreja aquel chico— ¿Qué te pasa torpe? Ya estas portándote mal en nuestro primer día de clases.
Se le llevo casi arrastras miraba aquella chica y todavía le gritaba— ¿Cuál es tu respuesta preciosa?

Continuara...

Pasión Por El Triunfo: Fuego En El Hielo Entre El Amor Y El OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora