huelga de seducción (11)

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Había usado su poder, sin haberlo pensado mucho, la sangre oxigenada que alimentaba su cerebro se había ido a otro miembro de cuerpo, y no exactamente el corazón. Simplemente, detuvo el ascenso con su mano desnuda y la llevo a su apartamento. Ahora se encontraba, con la mujer de cabellera azabache, brillando con un lustre casi irreal sonrojo inclinado la cabeza.

Los mechones de su cabello son tan oscuros que parecen absorber la luz, creando un contraste impresionante con su tez blanca como la nieve. Su piel es impecable y radiante, con una palidez que resalta la intensidad de sonrojo.

Bajo la cabeza a su oído, Te estuve esperando.

¿Sesshumaru?, inhaló kikyou, al sentir el cálido aliento en el lóbulo de la oreja. Estaba concentrada en estabilizar su respiración cuando escucho su voz susurrarle al oído. El paso su mano por encima de la clavícula y echo hacia atrás la capucha y luego la deslizo, dejándolo caer en el suelo alrededor de su figura. La mano firme de sesshumaru toco la piel desnuda de la espalda de kikyou, ya que el vestido eran descubiertos. Con la mano que le había puesto en la espalda, apretándola la jalo contra su cuerpo. Y empezó a besar el cuello y siguió bajando.

Ella se arqueó hacia arriba, ofreciéndole su ser. "sse, sesshumaru" Susurro, "por favor, la tarjeta". Fue inconsciente de lo que estaba pidiendo. Estaba siendo arrastrada, absolutamente dominada por sus labios y lengua lamiendo su tez, con los dedos y las garras que se había adueñado de su anatomía. Él la sujetó por la barbilla a mirarse las pupilas de ambos sé dilataron, como si acabarse de descubrir algún secreto, en una aceptación silenciosa que le salía completamente natural. ¿Es lo correcto?.  Los dos se quedaron, apenas un pelo los separaba, completamente perdidos.

Sesshumaru Inclinándose, introdujo la lengua en la boca de kikyou y la sedujo con caricias largas que la dejaron temblando de necesidad. Tampoco él se quedaba atrás, quería más, muchos más. Aún manteniendo los dibujos dentro de su cavidad oral llevo la mano por debajo de vestido en dirección al trasero y tiro hacia arriba haciendo gemir en su labio.  Así que ambos amantes unieron de manera silenciosa, explorador, deseándose y tocarse entre gemidos y susurros olvidadizos. 

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●Garuma, y yura caminaron silenciosamente, salieron de él escondiste en el centro monitoreo a adulterando la cámara de seguridad de edificio de sesshumaru

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Garuma, y yura caminaron silenciosamente, salieron de él escondiste en el centro monitoreo a adulterando la cámara de seguridad de edificio de sesshumaru. Yura, en silencio acaricio la marca en el hierro de ascenso en la plata baja y trago saliva. Le había llegado información de no hablar, hasta que no estuviese en una distancia prudente en un radio considerado. Finalmente, una sala de operaciones centraliza las actividades de vigilancia y respuesta. Este espacio estaba lleno de monitores que muestran transmisiones en vivo de cámaras de seguridad repartidas por la ciudad. Los oficiales en esta sala monitorean estas imágenes constantemente, listos para coordinar acciones y responder a incidentes en tiempo real. Un mensaje de Alfredo, le llego diciendo que ya había conseguido la testigo. Únicamente faltaba el permiso de un superior para abrir una investigación. Escribió, ya no es necesario. Ante que su orbe cayese ligeramente a un hombre con uno de sus ojos cubiertos sentando encima de una camioneta, olisqueando el aire. Al chocar mirada, el perro se está apareándose que envidia. Está molesto. Los malos de la historia estaban disfrutados uno de otro. Mientras ellos estaban siguiéndole su rastro, y buscando venganza. Llanamente injusta es la vida aquí y allá. .

¿Por qué a mí? (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora