01. Nuevo mundo

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Nunca me molesto ser hija de una "Ama de llaves". Tampoco me había avergonzado de serlo. A mis ojos, era un trabajo digno como cualquier otro. Todas mis cercanos lo sabían y nunca se burlaron o lo tomaron como algo importante, nadie lo hizo en realidad.

Cuanto dinero ganara mi familia o que ropa vestía, si era de marca o no, sí tenía un buen estatus social, nunca había importado a la hora de conocer gente nueva. Mi vida era bastante agradable hasta hace unas semanas atrás.

Mi madre había conseguido un nuevo empleo.
Le ofrecían mucho dinero, incluso más del que podríamos haber llegado a imaginar. Y teniendo en cuenta el estado económico actual por el que estábamos pasando, mamá ni se cuestionó en aceptar tal trabajo caído del cielo.

Y claro, tal noticia no tenía nada de malo, al contrario, era lo mejor que nos había sucedido en muchos años. Sin embargo, el contrato del trabajo tenía un par de condiciones, y una de ellas era mudarse a la casa de los dueños. Sí, ya que esté trabajo era las veinticuatro horas durante los siete días de la semana. Esto significo muchos cambios para mi madre, como también para mí. Tuve que dejar la escuela, a mis pocas amigas atrás y ahora tendría que empezar desde cero en esta nueva etapa de mi vida. Pero por obvias razones y por más que el miedo ante lo nuevo me invadiera, no me negué. No podía ser tan egoísta como para que mi madre desperdiciara tal oportunidad.

— Sky, ayúdame a bajar nuestras maletas.

Mi madre bajó del taxi junto al chofer de esté.
No eran muchas maletas, solo eran dos, como nosotras.

El viaje hasta la casa de los dueños había sido largo. Pasamos los barrios viejos y deterioradas de la ciudad, el centro, los edificios de negocios e incluso los nuevos departamentos que comenzaban a construirse. Habíamos dejado prácticamente toda la ciudad atrás y ahora nos encontrábamos cerca de las montañas, dónde las casas lujosas gobernaban extensos pedazos de tierra, en dónde el smog no llegaba y la bulla del tráfico de autos era inexistente.

Jamás había visto o siquiera llegado a este lado de la ciudad antes. Creo que vivir en los suburbios por todos estos años no me había dejado creer que existiera algo más allá de ellos.

— ¡Sky! ¡Baja ya! —Llamó mi atención una vez más mamá al ver que me estaba demorando y el conductor del taxi esperaba. Haciéndole caso me bajé del auto amarillo y el conductor partió.

Un olor a humedad mañanera y pasto llego hasta mi nariz y observe la neblina que inundaba la zona, acompañada del frío punzante característico del invierno por el cual estábamos pasando.

— Hija... —soltó mi madre y me giré, encontrándome entonces con la estructura que buscábamos.

El término "casa" definitivamente era erróneo.
Se trataba en realidad de una despampanante y grande mansión moderna que se volvía parte del frío paisaje por su color negro. Rodeada de pinos azules finos a su alrededor, una entrada extensa de piedras blancas que llegaban hasta mis pies, una bella fuente de mármol oscuro al medio y áreas de un verde azulado perfectamente cuidado. Me sentí completamente cautivada por unos minutos, nada llegaba a mis labios y por un momento me sentí en una especie de sueño completamente fantasioso.

— ¿Señorita Kim y su hija, no? —Un hombre que vestía de punta en blanco apareció de la nada misma, llamando nuestra atención repentinamente—. Soy el mayordomo de los Park, por favor, por aquí.

Los Park era el apellido de la familia dueña de tal magnifica obra arquitectónica, y también, los nuevos jefes de mamá. Ellos sabían que venía con ella, pero no presentaron problema alguno al respecto, o al menos eso habían dejado claro en la carta de aceptación que mandaron hace unos días a nuestra dirección.

PRÍNCIPE DE HIELO / SUNGHOON (reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora