PRÍNCIPE DE HIELO / SUNGHOON (reeditando)

04. Estrechez entre nosotros

"No quiero verte cercana a mis amigos" imité la voz de Sunghoon al recordarla. Debí de haberle respondido. ¿Por qué me había quedado callada?

Entre a mi salón, cuando alguien se puso en lo camino impidiéndome seguir avanzando.

— Chica nueva.

No lo reconocí al instante. Pero resulto ser el mismo chico rubio y alto que había regañado a Ni-ki el otro día en la cafetería.

— Soy Jay. No lo había notado antes, debe de ser por que me he saltado algunas clases, pero creo que estamos en el mismo salón —Sonrió.

— Debe de ser eso... —Le devolví la sonrisa con amabilidad—. Yo soy Sky. Y por cierto, gracias por lo del otro día en la cafetería...

— ¿Te refieres a los chicos? Pueden ser un tanto molestos a veces —recordó, acercándose más a mí para decir algo, pero alguien lo interrumpió repentinamente.

— Olvídalo Jay, ella se sienta conmigo —Se acerco Jungwon poniéndose entre nosotros, mientras le dana un sorbo a una lata que decía "Coco milk".

— ¿De dónde es eso? —pregunté, observándola con curiosidad por su lindo envoltorio y cómo no, también porqué el coco era de mis frutas favoritas.

Mamá cada vez compraba a fin de mes porqué sabía que me gustaba, a pesar de que esta era una fruta no muy accesible. Siempre aprecié eso.

— De la máquina expendedora, pero si quieres te doy la mía. —Jungwon me ofreció su lata, pero Jay lo corrió a un lado, formando una mueca de asco instantánea.

— No seas asqueroso, ¿Por qué le darías de beber tu baba? —Lo regañó y solté una pequeña risita.

La profesora llegó temprano, por lo qué me fui a sentar junto a Jungwon. Sin embargo, en el segundo período mi compañero de puesto cambió y ahora era Jay. No porqué así lo hubiese preferido, sí no porqué esté literalmente lo movió del puesto con la excusa de qur Jake lo estaba buscando. Más tarde me enteraría qur había sido una simple mentira.

— ¿Por qué deseas sentarte junto a mí? —inquirí y esté se volteó a verme, relajando su cuerpo en la silla y formando con sus labios una media sonrisa.

— ¿Necesito alguna razón para hacerlo? Simplemente llamas mi atención... Eres bonita —contestó Jay con simpleza y reí.

— ¿No has visto a las demás chicas...? —No quería sonar como sí rogara atención, pero vamos, todos acá eran hermosos, sus palabras sonaban como si se estuviera burlando de mí.

— Hay una que otra que resaltan en belleza, eso es innegable, pero tu parecieras tener algo diferente, y no sólo me refiero en atractivo... —soltó con una risita suave, provocando un leve calor en mis mejillas.

Jay era atractivo tanto físicamente como en personalidad. Pero si seguíamos hablando de esto, me iba a convertir en un tomate humano.

— Tu también parecieras ser diferente a tus amigos —murmuré y esté me observó, pasando uno de sus dedos por sus labios.

— Me gustaría saber más de ti —comentó y alce mis cejas en su dirección.

— ¿Qué deseas saber? — Me cruce de brazos, algo tímida ante su repentina atención en mí.

— Lo que sea —contestó y comenzamos a charlar. Le comenté un poco de mis intereses, gustos y cosas parecidas, pero nunca mencioné ni dije nada sobre Sunghoon o mi madre, ya que no quería posibles malentendidos.

Salimos juntos de clases y me acompaño hasta el patio, en donde decidí ir a comprar la leche de coco que le había visto antes a Jungwon.

Charlabamos mientras la fila en las máquinas expendedoras avanzaba, cuando mi atención se fue hacía el centro del patio, dónde ocurría una escena.