Los Park son una familia de la alta elite que en busca de una nueva "ama de llaves" las veinticuatro horas del día, contratan a la madre de Sky, la protagonista, permitiéndole venir a vivir a su mansión junto a ella.
Una gran oportunidad para ambas...
La pelinegra ignoró el llamado, y no fue hasta que la voz masculina se oyó una vez más, se cruzo de brazos, sin saberlo si ignorarla nuevamente o no.
— ¿Quién es? —pregunté en voz baja, ligeramente preocupada, pues no era tono de voz tan grueso para decir que era de su padre.
— Nadie interesante, créeme. Es solo mi hermano mayor... Se había ido de viaje con unos amigos dos días después de tu llegada y lamentablemente volvía hoy. Lo había olvidado por completo, de seguro ni lo notaste, suele ser muy sigiloso... —comentó un poco molesta. Era la primera vez que la veía con una expresión así en su rostro, la mayor parte del tiempo se veía alegre, por lo que el cambió repentino despertó curiosidad en mí—. Nos vemos mañana, Sky. —Se despidió desanimada y salió de la habitación cerrando la puerta detrás.
¿Hermano mayor? No recordaba haber escuchado de su existencia antes.
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Terminaba de ayudar a mi madre a colgar la ropa en la sala de lavado de la mansión, cuando esta me mando a mi cuarto al verme demasiado distraída.
— Ve a descansar, te llamaré cuando la cena esté lista ¿Sí? —comentó y asentí, dejándola atrás.
Realmente no me sentía cansada. Más bien, estaba realmente nerviosa. Mañana por la noche llegaría el padre de Su, mañana le dirían a mi madre sobre la supuesta "beca".
Caminé hasta mi habitación, pero me detuve al observar como la puerta de la habitación de al lado se hallaba entreabierta.
Siempre la veía cerrada.
Sabía que la tercera y última puerta pertenecía a la habitación de Sunnie, entonces, ¿De quién era esta?
No podía ver nada tras ella, pues todo estaba realmente oscuro, sin embargo, algo dentro de esa puerta me atraía, una sensación desconocida que volvía loco mi sentido de curiosidad, pero aún así, no me moví de mi posición.
— ¿Eres amiga de Sunghoon?
Me volteé de golpe, encontrándome frente a mí un chico rubio y alto, el cuál me observaba desde hace quien sabe cuanto.
— ¿Sunghoon? —repetí en un susurró, dando inconscientemente un paso hacía atrás cuando esté avanzo hacía mí.
— No te había visto nunca por aquí... ¿Eres conocida de él? —inquirió, con un inocente interés en su voz como en su mirada.
Lo observé en silencio, sintiendo los nervios calentar mi cuerpo. Mi madre nunca mencionó que hacer en este tipo de casos, estaba comenzando a entrar en pánico al no saber que responder ante esa pregunta, cuando alguien más entro en la conversación.
—Ni-ki.
Un chico alto y de cabellos negros salió de los adentros de la habitación. Con una vibra extrañamente magnética y un perfume marcado ignoró mi presencia por completo, enfocando su mirada en el rubio.
