Alexandra;Prácticamente estaba siendo arrastrada hacia la salida. Su mano en mi muñeca apretaba con fuerza la zona haciéndome quejar levemente. Entendía que estuviera enojado por lo que había pasado, aunque no sé porqué dado que él es técnicamente un extraño en mi vida, pero yo no tenía la culpa de lo que había pasado y no tenía porque ser víctima de la furia que sentía.
Porque estaba furioso.
Luego de ver cómo casi mata a ese hombre, no me quedaba la menor duda de que estaba hecho una furia.
—Detente por favor, me estás lastimando —pedí, colocando una mano en su brazo.
Pensé que no lo haría, que seguiría caminando a esa maldita velocidad que tenían sus piernas, pero no fue así, milagrosamente su caminar se detuvo y su cuerpo giró quedando frente a mi.
Sus profundos ojos me miraban de manera intensa, detallando cada parte de mi cuerpo. Se sentía algo incómodo, mucho más por la situación en la que me encontraba. Solté un pequeño suspiro cuando sus ojos se posaron en los míos, aunque mis nervios no disminuyeran.
—Lo siento —soltó mi mano y sentí una extraña sensación en ese momento— De verdad perdóname.
Negué.
—Todo está bien —hablé.
—No, es que si debo disculparme. Me comporté como un bruto hace un momento e incluso ahora —suelta un suspiro pesado— Perdí los estribos cuando vi lo que intentaba hacerte y te hice presenciar algo que no debías de ver.
—Pero me salvaste. Gracias.
Ahora quién negó fue él.
Hace unos minutos, me hizo entender que no debía agradecerle nada, pero la verdad era que si, se lo debía. Me sentía en deuda con él; él había entrado en ese lugar, me había salvado de ese tipo justo cuando pensé que todo se había acabado, me había consolado.
Le debía todo, hasta mi estabilidad mental.
De tan solo recordar lo que ese hijo de puta estuvo a punto de hacerme, se me removía todo, sentía las náuseas queriendo hacer de las suyas nuevamente y mis lágrimas amenazaban con salir pero no me lo permití. No quería llorar frente a él, no de nuevo.
Odiaba verme tan sensible ante alguien y dar lugar a que me miraran con lástima. Era la peor sensación del mundo.
Abracé mi cuerpo y froté mis brazos por encima de la tela de su chaqueta, la brisa nocturna era fría y aumentaba a cada momento, haciendo que mi cuerpo temblara. No sé si era porque era algo bajita en estatura o si su chaqueta era grande, pero la prenda me cubría hasta por debajo de los glúteos y era algo que agradecía. Ya era bastante vergonzoso que me hubiese encontrado en esa situación como para también tener que andar en plena calle en bragas y en compañía de un hombre.
De repente una pregunta atacó mi mente. Mis ojos se posaron en los suyos y la pequeña duda de si debía compartir mi inquietud con él, taladraba en mi cabeza.
—¿Sucede algo?
—¿Q-qué?
Mi voz tembló y no sé por qué en ese momento sentí que su mirada sobre mi se intensificó.
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[🦋] When it comes to you [JJK]
FanfictionEs increíble como el destino hace de las suyas. Cinco años encerrado dentro de las murallas que yo mismo creé a mi alrededor para no ceder ante mis sentimientos nuevamente, y llega justamente ella a mandar todos mis esfuerzos por el caño y a revoluc...