Querido diario:
Sé que últimamente mis escritos se basan en hablar de Emma Page, pero esta vez creí interesante escribir esto.
Ayer en la tarde estaba llegando al lugar en donde trabajo cuando vi a Emma a lo lejos, estaba a un lado de la puerta del local en el que trabajamos, tenía las manos en sus mejillas como si estuviera secando unas cuantas lágrimas. Parecía estar en un debate interno sobre si debía entrar a trabajar o darse la vuelta e ir a casa.
Al final decidí ignorarlo y pasé por su lado una vez que ella decidió entrar, no le hice ninguna pregunta, porque no tenía alguna. O al menos eso fue antes de haberle visto sus brazos, si, ahí si tuve muchas preguntas. Cuando estaba a un lado de ella, en la caja, pude notar que su brazo derecho tenía marcas de golpes. No eran muy graves, pero parecían hechas hacía muy poco tiempo, estaban colorados.
Cuando le pregunté si se encontraba bien, le restó importancia y dijo que había sido su gato. No creo que un gato haga esas marcas.
Y tampoco me contestó si se encontraba bien.
Pero ya debería dejar de perder tanto tiempo escribiendo sobre Emma Page, y comenzar a preocuparme por mi madre. Si... las cosas no están muy bien por aquí.
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Diario de un chico solitario
Teen FictionDaniel Jefferson siempre había sido muy solitario, no le gustaba la compañía de nadie. Y aunque había cierto chico que decía ser su amigo, no lo era. Él no quería ni necesitaba amigos. Su madre y su hermana no entendían porqué había adoptado esa fo...