2.0

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Louis llegó hace unas horas a la vieja casa escondida en el bosque.

Él y Harry han estado besándose apasionadamente desde entonces, tratando de llegar más allá sino es porque el estomago de Harry, vuelve a rugir.

Louis se separa abruptamente, reprochándose la idiotez al creer que un sándwich de la asquerosa cafetería sería suficiente.

-¿Aún tienes hambre?- pregunta, aún cernido sobre él en la cama.

Harry baja la mirada y dice:

-Puede que no lo haya comido...

-¿Por qué?

-Enserio me dan asco

-Pero cuando yo tengo hambre como lo que sea

-Si me hubiera comido ese sándwich hubiera terminado vomitando lo poco que aún me queda en el estomago-explica susurrando, sintiendo las lagrimas picarle por segunda vez en el día.

El castaño se levanta, quitando su peso de encima de Harry y comienza a vestirse con sus pantalones que estaban en algún lugar de la habitación.

-¿A dónde vas?- se asusta, sin embargo lo esconde perfectamente bien (ha aprendido a esconderse con los años) y sale más bien como una pregunta desinteresada.

-Vamos- le corrige -vístete

Le ordena, aventándole sus jeans negros.

Cuando están completamente vestidos y en el auto de Louis, Harry aún no sabe a donde se dirigen.

Son como las once de la noche y las estrellas se ven opacadas por los faroles en las calles.

Encuentran un McDonalds abierto y el menor entiende rápidamente las intensiones de su acompañante.

Dentro del establecimiento, Harry no deja que Louis ordene por él, alegando con su típica cara de disgusto que él puede solo.

Y es cierto.

Él ha podido solo durante los últimos años.

(Sin embrago, Louis paga por ambos).

Con su orden en las manos, se sientan lo más alejados que pueden de alguien que pueda escucharlos, ósea de los trabajadores ya que el lugar está vacío.

-Mira- comienza Louis -los dos tenemos hambre, así que no te reprimas al comer

-No pensaba hacerlo- dice al contrario, comenzando a desenvolver su hamburguesa.

Hacen un silencio sepulcral, manchando sus labios con los ingredientes de su comida y masticando la gloriosa hamburguesa doble.

Terminan media hora después y ambos se sienten más que satisfechos.

-¿Por qué...ya sabes, necesitas un lugar tranquilo?- logra formular Louis.

-Sin él creo que me ahogaría- explica sin explicar realmente, bajando la voz conforme las palabras salen.

-¿No sabes nadar?- cuestiona el castaño haciendo que Harry suelte una dulce risa.

Y después unas cuantas lágrimas.

Que irónico que la misma persona que le enseño a nadar sea quien lo esté ahogando ahora.

where do broken hearts go ➸ stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora