Cap 10

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Chicas, perdóname por dejar el ima abandonado 😫🙏. Aquí les dejo otro capítulo🔥❤️
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Nos quedamos en...

Federico pasó la punta de la lengua sobre el pezón y luego lo estiró con los dientes, la caricia envió corrientes de placer directamente a la intimidad de Cristina. Se sentía más húmeda que nunca. Un líquido caliente se derramaba con fuerza entre las piernas.
F: ¿Todavía no me quieres? – abandonó sus pechos y se acercó a su boca.
C: Noooo... - negó de nuevo, deseando que la besara.
Pero él no la besó. En su lugar, le mordió la barbilla suavemente. Su boca se deslizó en la piel suave del cuello a la oreja.
F: ¿Qué pasa si te toco con mis dedos en un punto tuyo muy sensible? - Susurró suavemente al oído.
C: ¿Dónde? – Preguntó derritiéndose con caricias de su marido.
F: ¿No lo sabes? – Mordiéndole el lóbulo de la oreja. – Recuerda de las veces que has estado con un hombre...
C: Yo... yo... nunca he estado con un hombre - disparó Cristina.
Sintiendo como el cuerpo de ella se tensaba debajo del suyo, Federico se levantó sorprendido.
F: ¿Qué???? - No podía creer lo que escuchaba.
C: Nunca he estado con un hombre antes…- repitió evitando el contacto con esos ojos verdes que tenían un brillo que no podía descifrar.
¿Sería ira lo que veía en sus ojos? ¿O decepción porque ahora sabía que ella  no tenía experiencia??
F: Así que…eres...
C: Virgen – completó ella



Capitulo 10

Perplejo, Federico dejó que Cristina lo apartase a un lado. Él la miró con incredulidad.

Ella se levantó de la cama, ajustó el sujetador y sosteniendo la tela rota del vestido intentó encubrirse y salió corriendo de la habitación. Huyendo, avergonzada, triste y angustiada. Federico la había mirado de una manera que ella no lograba comprender.

Él no trató de detenerla. Tal vez ahora que sabía que era virgen la dejaría sóla.

Pero si eso era lo que tanto quería, ¿por qué ahora se sentía decepcionada de esa manera??

La verdad es que ella quería que él la buscara y la tomase en sus brazos.

Minutos antes había estado derritiéndose con las caricias de su marido. Se había negado a decirle que lo deseaba sólo con la intención de incitarlo a continuar explorando su cuerpo. Quería saber todos los secretos del arte de hacer el amor. Todo iba tan bien, todo estaba siendo maravilloso. Y entonces, cuando dijo que era virgen, Federico actuó como si no la quisiera más, o al menos eso fue lo que le dio a entender.

Ahora ella estaba sentada en una silla, fuera de la casa, viendo la luz de la luna que se reflejaba en el agua de la piscina. Ella flexionó sus rodillas y se abrazó a sí misma.

De repente, se limpió las lágrimas que insistían en  caer por su rostro. No debería quedarse llorando por el rechazo de Federico. Mucho menos se dejar engañar, pensando que él la iba a buscar.

Su marido era un estúpido, lo odiaba con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, Federico permaneció en la habitación, estaba en la misma posición desde cuando ella había salido. Estaba sorprendido, asombrado y feliz a la vez.

¡Cristina era virgen!
¡Virgen! (...)

Esto significaba que ningún otro hombre había poseído a su pequeña de ojos lindos. Ahora él comprendía por qué ella siempre intentaba huir, negando sus deseos.

Sí, porque él estaba seguro de que ella lo deseaba, no cabía duda. Él sintió como el cuerpo entero de ella había vibrado con cada caricia suya.

DOMANDO A LA FIERA Onde histórias criam vida. Descubra agora